El comentario del obispo ha encendido el debate.
En una homilía reciente, el prelado criticó duramente a algunos padres beneficiarios del Bono Escolar —subsidio estatal destinado a la compra de útiles y uniformes— por, según él, malgastar el dinero en actividades ajenas a la educación de sus hijos.
Llamó a la responsabilidad familiar y a la supervisión estatal para garantizar que el subsidio cumpla su propósito.
