Revocación de la extensión del TPS para Haití y el anuncio de la nueva Tarjeta de Residencia Dorada para inversionistas
El pasado 20 de febrero de este 2025, la administración del presidente Donald Trump anunció la revocación de la extensión del TPS para Haití, que había sido previamente extendida hasta febrero de 2026 por la administración de Joe Biden. Esta decisión afecta a aproximadamente 500,000 haitianos que residen en Estados Unidos bajo este estatus, dejándolos vulnerables a la deportación a partir de agosto de 2025.
El impacto de la revocación de la extensión del TPS para Haití
Esta decisión del Presidente Trump impacta negativamente a esta amplia población de ciudadanos haitianos, y lo que queda de Haití, ya que no existen condiciones favorables para su retorno a esta nación, por lo que se les produce una afección muy amplia, personas que de alguna manera se estaban desarrollando oportunamente en su desempeño laboral, estudios, entre otros temas, por lo que arrebatarle esta valiosa oportunidad, y retornarlos a su país de origen, un estado fallido, donde reina la inseguridad, criminalidad y desamparo, será muy desafortunado para esas 500 mil personas. Adicionalmente esta decisión podría enfrentar acciones legales en los tribunales, que si bien no garantizaran regularización permanente podrían dar paso a decisiones temporeras que ordenen la permanencia provisional en los EE.UU., de estos expatriados de origen haitiano, de igual manera se extenderá la mirada aquellos que hayan creado un vínculo legal, ya sea por matrimonio con ciudadano estadounidenses o los que dispongan de ofertas de trabajo prolongadas.
¿Cómo afecta la revocación de la extensión del TPS para Haití a la República Dominicana?
Sin dudas, que esta decisión del Presidente Trump, nos afecta grandemente, pues de efectuarse esas deportaciones, estas personas no tienen posibilidad de sobrevivir en su nación, por lo que evidentemente tratarían de cruzar la frontera más cercana, y esa es la nuestra. La mencionada revocación del TPS nos conmina como nación a brindar las fronteras y aplicar de manera justa y enérgica la Ley No. 285-04, sobre temas migratorios, ley general de visados 875, y la mencionada Ley 16-92.
La referida decisión también nos invita a tomar acciones de urgencia, aplicar las normas, continuar con las deportaciones, blindando las fronteras, y regularizando los expatriados que tenemos siempre que califiquen.
La tarjeta dorada, hasta ahora solo una idea del Presidente Donald Trump
Una nueva iniciativa del Presidente de los EE. UU. Donald Trump, se trata del anuncio que hiciera el citado Pte. Trump, el pasado martes en torno a la posible creación de la “tarjeta dorada”, un permiso migratorio destinado a millonarios que deseen establecerse en el país, asegurando que gozarán de los mismos privilegios que los residentes permanentes, quienes poseen la ya conocida “tarjeta verde” (green card). La citada tarjeta dorada tendría un costo de cinco millones de dólares, o sea que estaría dirigida a personas millonarias. Es evidente que con esta iniciativa se busca promover las inversiones, crear más plazas laborales y recaudar más impuestos.
Finalmente, nosotros como país, nos encontramos en el momento idóneo para orientar a nuestros dominicanos y dominicanas sobre la importancia de la regularización de los expatriados que tenga como colaboradores, considerando que el país cuenta con normas claras para proceder con su regularización. Primero, presentando su solicitud de Registro Sirla y Oferta Laboral al Ministerio de Trabajo, a fin de certificar que la empresa cumpla con el artículo 135 del Código o Ley 16-92. Segundo aplicando para el visado NM1. Y Tercero, presentar el expediente de solicitud de Residencia Provisional a las autoridades de la Dirección General de Migración, con apego a la Ley que rige la materia No. 285-04.
Ahora bien, aquellos extranjeros que nos visitan, carentes de documentos de identidad, no deberían ser contratados, por tanto es necesario aplicar el régimen de consecuencia sin distinción, en contra de los empleadores que no respeten nuestras normas; de igual forma, incentivamos a las autoridades a continuar con las deportaciones, siempre apegados al respeto de los derechos humanos, pero además fortaleciendo la seguridad en nuestras fronteras, como hemos indicado, ante la peligrosidad que representa para nuestro país, la entrada de criminales prófugos, así como el reingreso constante de personas indocumentadas e irregulares.
