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viernes 22 noviembre 2024

¡Efecto pandemia! Jóvenes limpian vidrios y venden lo que sea en las calles

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Por Nairobi Viloria / NOTICIAS SIN

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Desde hace años los semáforos del Distrito Nacional se convierten en mercados ambulantes donde decenas de personas ofrecen productos y servicios mientras la luz está en rojo. 

Tras la pandemia la situación ha empeorado y muchos encuentran en estas intercepciones una oportunidad para ganarse el sustento de sus familias.

Argelis Almonte es uno de ellos. Dejó sus estudios y ahora busca su sustento limpiando cristales a vehículos en la intercepción de la avenida John F. Kennedy, esquina Abraham Lincoln.

Con lágrimas en los ojos, explica cómo con apenas 19 años, su alcoholismo le llevo a perderlo todo, hasta terminar  trabajando en las calles.

«El alcohol me hizo un daño tan grande que me vi sin cuarto y con hambre, me llevo a limpiar vidrios para mí sustento», dijo Argenis Almonte, limpiavidrios.

Años atrás las riñas entre estas personas y los conductores de vehículos terminaron en tragedia. Incluso en el 2017, la alcaldía del distrito retiró de las calles a unos 39 limpiavidrios.

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La situación no es un hecho aislado, el trabajo en los semáforos también se convirtió en una alternativa para jóvenes que paralizaron sus estudios durante la pandemia y de aquellos que aún no obtienen un empleo formal.

Vendedores informales

Alex Martínez va de vehículo en vehículo ofertando sus alcancías, esperando que este trabajo solo sea temporal.

Desde las 7 de la mañana y  Francisco Tejada lleva sus cosas a la intercepción de la 27 de febrero con Núñez de Cáceres, esquina que lo ha albergado  por los últimos 30 años.

Vive en Yamasa, por lo que asegura que gasta hasta 600 pesos de pasaje diarios para trasladarse al Distrito Nacional, y al igual que  Cecilio de Jesús, es uno de los vendedores reconocidos en la zona.

Advertencia del PNUD

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo registró una tasa de informalidad en el país de 55.2 % en 2020, y advirtió que aumentaría por la pandemia.

La situación obligaría a muchos a buscar nuevas alternativas laborales, y justo esa es la que vive Marí Pettit, quien tras 13 años vendiendo en la misma intercepción, ahora debe reinventarse.

Durante años organizaciones se han quejado de que los vendedores informales arrabalizan  las calles  por lo que en ciertos momentos se han realizado operativos para retirarlos,  pero ellos regresan, dicen que solo en las calles han encontrado la oportunidad de sobrevivir y llevar comida a sus hogares.

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