Por Hermes Gudiño / Color Visión
No existe forma más efectiva de perder el control que el tratar de controlarlo todo.
El control y la certeza nos dan sensación de seguridad, ciertamente, por lo que puede surgir la tentación de tomar este camino con la idea de que, si lo hacemos, estaremos seguros, nos sentiremos felices o tendremos éxito.
Visto de esta manera, la obsesión por el control esconde un modo de manejar el miedo y la ansiedad. El problema es que no podemos controlar la gran mayoría de cosas que suceden en la vida y tratar de hacerlo solo sirve para crear más resistencia, estrés y conflicto.
La obsesión por el control también tiene un efecto negativo en la salud, ya que supone un desgaste de energía y provoca estrés. ¿Por qué lo hacemos, pues? La raíz de la necesidad de control, es el miedo. Esto resulta más frecuente cuando la infancia tuvo lugar en un entorno hostil, con comportamientos que no invitaban a la confianza. En esta etapa tenemos muy poco control sobre nuestra vida, así que muchos niños aprenden a compensar la inseguridad y el miedo que sienten tratando de controlarlo todo.
¿Cómo podemos aprender a soltar nuestra obsesión por el control? ,a continuación presentamos algunas pautas para lograrlo