REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Haití continúa paralizado después del sexto día consecutivo de violentas protestas convocadas por sectores de la oposición y grupos sociales en contra de la gestión del presidente haitiano, Jovenel Moise, quien mantiene silencio.
Este martes, la capital continuaba bloqueada por barricadas y neumáticos encendidos en las principales vías, imposibilitando la comunicación terrestre entre Puerto Príncipe y el resto de la nación caribeña, escenario de protestas desde el 7 de febrero, el mismo día en que Moise cumplió dos años en el cargo, y cuya dimisión reclaman los convocantes de las manifestaciones.
En las últimas horas varios senadores y diputados opositores se han sumado a la solicitud de dimisión de Moise, quien no se ha pronunciado respecto a la situación tras el llamado al diálogo que hizo el pasado sábado y que fue rechazado por sectores de oposición. La comunidad internacional y el sector económico nacional han llamado al diálogo para buscar soluciones a la crisis política y económica, lo que no ha logrado contener las protestas, las cuales continuarán, de acuerdo con los promotores.
Las escuelas y los bancos siguen cerrados, así como negocios y estaciones de combustibles, muchos de los cuales han sido saqueados estos días por enardecidos manifestantes que denuncian la precariedad económica del país, el más pobre de América, y donde al menos 7 personas han fallecido desde que iniciaron las protestas.
En las calles solo se observan algunas motos que ofrecen servicio de transporte, aunque mucho menos que ayer, según comprobó Efe.
En medio de la acuciante crisis, el Gobierno declaró el pasado 5 de febrero una urgencia económica, que implica reducir el costo de los bienes de primera necesidad o incrementar el acceso al crédito de las pequeñas empresas para intentar paliar la crisis.
La situación de Haití se agravó este año por una fuerte depreciación del gourde, la moneda oficial, que se cotiza a 83 por un dólar, así como por la crisis de electricidad derivada de la escasez de gasolina, sumada a una inflación de dos dígitos.
El país tampoco ha logrado aprobar su presupuesto para este año, de 1.650 millones de dólares, el cual fue rechazado el pasado mes por la Cámara de Diputados tras argumentar que ese no satisface a la cámara.
En las protestas, los manifestantes también exigen justicia en las supuestas irregularidades en el programa Petrocaribe, a través del cual Venezuela suministra petróleo a este país a precios blandos.
Una auditoría presentada la semana pasada por el Tribunal de Cuentas reveló irregularidades entre 2008 y 2016 en este programa, y señaló a 15 exministros y actuales funcionarios que están involucrados en este caso, así como una empresa que dirigía Moise antes de llegar a la Presidencia.
Por: Eldiario.es