Por Yohanna Guzmán
En el corazón de la exuberante vegetación de Punta Cana, lejos del bullicio de los resorts, se encuentra Hoyo Claro, un cenote de aguas cristalinas que permanece como uno de los secretos mejor guardados de República Dominicana. Este Monumento Natural ofrece una experiencia de ecoturismo única, perfecta para aventureros que buscan conexión con la naturaleza.
Se encuentra rodeado de humedales, bosques de palma cana y una ciénaga extensa, Hoyo Claro deslumbra con su agua dulce y transparente, ideal para nadar, hacer snorkel o simplemente relajarse. El fondo rocoso y la vegetación que lo rodea crean un paisaje digno de postal.
¿Cómo se llega?
El acceso requiere una caminata de unos 30 minutos desde la Autovía del Coral. Aunque el camino puede ser rústico, la recompensa al llegar es inigualable. Se recomienda llevar calzado cómodo, repelente de insectos y agua.
Entrada y recomendaciones
La entrada tiene un costo, ya que el cenote se encuentra en terreno privado y no hay servicios cercanos, por lo que es importante llevar lo necesario: comida, bebida, ropa de baño y protector solar. También es aconsejable llevar chaleco salvavidas si no se sabe nadar, ya que el cenote es profundo.
Una experiencia auténtica
A diferencia de otros destinos más concurridos, Hoyo Claro conserva su esencia natural. Las fotos que se toman allí parecen sacadas de una revista: peces nadando entre los visitantes, reflejos turquesa en el agua y una paz que solo la naturaleza puede ofrecer.
Hoyo Claro te espera con aguas cristalinas, silencio absoluto y una belleza que no necesita filtros. Si lo tuyo es explorar sin multitudes, este rincón escondido de Punta Cana es el lugar perfecto para reconectar contigo y con el entorno.
