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jueves 05 junio 2025

Niveles de conciencia según Hawkins: La guía científica que cambiará tu perspectiva

Comprender los niveles de conciencia nos ayudará a identificar nuestros estados emocionales predominantes y trabajar hacia una mayor elevación de nuestra conciencia.

Redaccion.-El Mapa de la Conciencia desarrollado por David Hawkins nos ofrece una fascinante clasificación que va desde 20 (vergüenza) hasta 1000 (iluminación).

Esta escala marca un punto crítico en 200, separando los estados de debilidad (por debajo) de los estados de poder (por encima). Mientras estudiamos los niveles de conciencia espiritual, descubrimos que las personas que se encuentran por encima de 200 manifiestan expresiones positivas de poder, aunque solo figuras como Buda, Jesús y Krishna han alcanzado los niveles superiores de conciencia, calibrando en 1000.Exploraremos detalladamente cada nivel y cómo podemos utilizar esta herramienta para la autorreflexión. Sin duda, comprender el trabajo de Hawkins sobre trascender los niveles de conciencia nos ayudará a identificar nuestros estados emocionales predominantes y trabajar hacia una mayor elevación de nuestra conciencia.

Fundamentos del Mapa de la Conciencia de Hawkins

El Mapa de la Conciencia surge como resultado de casi cuatro décadas de investigación meticulosa realizada por el Dr. David R. Hawkins, quien dedicó su vida a estudiar y elevar la conciencia humana. Este psiquiatra y filósofo, nacido en 1927 en Milwaukee, Wisconsin, recibió doctorados en Medicina y Filosofía, consolidándose como pionero en la investigación de la conciencia.

El mapa representa una escala logarítmica que va desde 20 hasta 1000. Esto significa que cada incremento de puntos no representa una progresión aritmética sino exponencial: un aumento de 10^n, donde n es el nivel calibrado. Por tanto, la diferencia entre un nivel 300 y uno 310 implica un incremento de poder enormemente mayor que entre 200 y 210.

Lo fascinante de esta herramienta es que funciona como un termómetro emocional, intelectual y espiritual. Así como el agua cambia de hielo a líquido y vapor según la temperatura, nuestra conciencia experimenta transformaciones cualitativas al ascender en la escala.

El punto crítico en este mapa se sitúa en 200, nivel asociado con el Coraje, estableciendo una frontera fundamental: por debajo encontramos estados de debilidad (vergüenza, culpa, miedo, ira, orgullo) y por encima estados de poder (neutralidad, buena voluntad, aceptación, razón).

Además, estos niveles reflejan simultáneamente:

  • Grados progresivos de poder en el campo de la conciencia
  • Niveles progresivos de amor, como un termómetro espiritual
  • Escala de verdad (por debajo de 200 «falso», por encima «verdadero»)
  • Grados en que la presencia divina se refleja conscientemente en la vida

Según las investigaciones de Hawkins, más del 80% de la población mundial calibra por debajo de 200. Por consiguiente, elevar nuestra conciencia resulta fundamental para experimentar mayor bienestar, ya que la felicidad progresa proporcionalmente al nivel de conciencia.

Este mapa no solo ordena emociones y estados mentales, sino que ofrece una visión integral del mundo, una filosofía perenne descrita a través de la historia. Su utilidad trasciende lo teórico, convirtiéndose en herramienta práctica para el autoconocimiento, clarificación y evolución personal.

Niveles de conciencia por debajo de 200: Estados de debilidad

Los estados de conciencia inferiores a 200 representan el territorio de la debilidad emocional y espiritual. Cuando habitamos estos niveles, nuestra experiencia de vida se caracteriza por el estrés constante, la ansiedad y la percepción del mundo como un lugar hostil.

En el extremo más bajo encontramos la Vergüenza (20), un estado donde predominan la humillación y el auto-rechazo profundo. Las personas en este nivel sienten un impulso de «desaparecer» o volverse invisibles, experimentando una sensación literalmente descrita como «trágame tierra». Es tan destructivo que puede conducir a comportamientos autodestructivos e incluso al suicidio.

Ascendiendo ligeramente llegamos a la Culpa (30), donde prevalecen el remordimiento y la auto-culpa. Este nivel se asocia con la destrucción y una visión de la vida como «mala». Aquí, la persona vive atrapada en complejos de víctima y obsesiones con el castigo.

La Apatía (50) se manifiesta como desesperanza e impotencia total. Quien vive en este nivel carece no solo de recursos, sino de la energía necesaria para procurárselos, generando una dependencia que resulta «pesada» para quienes le rodean.

En el Dolor (75) experimentamos tristeza, arrepentimiento y sufrimiento por pérdidas. Las personas atrapadas aquí viven en constante lamento y depresión, viendo la vida como una tragedia.

El Miedo (100) nos conecta con la ansiedad y preocupación constante. Este nivel se caracteriza por ver el mundo como peligroso e inseguro, llevando a comportamientos defensivos y evitación de riesgos.

El Deseo (125) nos impulsa hacia ambiciones mundanas y adicciones al dinero, compras o éxito. Es un estado de insatisfacción permanente donde, tras conseguir lo deseado, inmediatamente surge un nuevo anhelo.

La Ira (150) se manifiesta como frustración, resentimiento y necesidad de venganza. Aunque puede motivar cambios, frecuentemente genera un ambiente hostil y respuestas agresivas.

Finalmente, el Orgullo (175) nos da una falsa sensación de bienestar basada en circunstancias externas. A pesar de tener buena reputación social, sigue siendo un nivel negativo caracterizado por arrogancia y desprecio hacia otros, representando un obstáculo importante para alcanzar niveles superiores de conciencia.

Niveles de conciencia por encima de 200: Estados de poder

Al cruzar el umbral de 200 en la escala de Hawkins, entramos en los territorios de poder donde nuestra experiencia vital cambia radicalmente. Según las investigaciones de Hawkins, apenas el 15% de la población mundial supera este punto crítico.

El Coraje (200) marca el primer nivel de verdadera fuerza personal. En este punto, comenzamos a ver posibilidades, tomamos decisiones con confianza y nos sentimos capaces de enfrentar desafíos. La vida se percibe como factible y la integridad se vuelve un valor central.

La Neutralidad (250) trae consigo un profundo desapego y flexibilidad. Las personas en este nivel son objetivas, seguras de sí mismas y difíciles de controlar. No se intimidan fácilmente y mantienen un equilibrio interno independientemente de los resultados externos.

Con la Voluntad (310) agregamos intención y compromiso. Es un nivel caracterizado por optimismo y determinación persistente. Las personas aquí son serviciales, contribuyen positivamente a la sociedad y disfrutan de una mentalidad abierta.

La Aceptación (350) representa una transformación fundamental: entendemos que somos creadores de nuestras experiencias. La felicidad se genera desde dentro y el trabajo duro no causa incomodidad cuando nos acerca a nuestros objetivos a largo plazo.

En la Razón (400) predomina la lógica, racionalidad y comprensión profunda. Es el nivel de la ciencia, medicina y conceptualización avanzada. Sin embargo, paradójicamente, la razón misma puede convertirse en obstáculo para alcanzar estados superiores.

El Amor (500) trasciende el ego para conectar con un amor incondicional que emana del corazón. No fluctúa con condiciones externas y tiene poder para elevar a otros por la pureza de sus motivos.

La Alegría (540) surge como manifestación del amor incondicional. Es una compañía constante, independiente de circunstancias, caracterizada por paciencia y actitud positiva prolongada ante la adversidad.

La Paz (600) representa el inicio de la iluminación. Solo una persona entre diez millones alcanza este nivel, donde la percepción se expande más allá del tiempo y espacio ordinarios.

Finalmente, la Iluminación (700-1000) constituye el estado más elevado, asociado históricamente con figuras como Buda o Jesucristo, representando una conciencia universal y trascendental.

Conclusión

Después de explorar los niveles de conciencia de Hawkins, entendemos claramente por qué esta escala representa una herramienta tan valiosa para nuestro desarrollo personal. Este mapa no solo clasifica emociones, sino que también nos ofrece un camino para trascender nuestros estados limitantes hacia niveles superiores de bienestar.

La diferencia entre los estados por debajo de 200 y aquellos por encima resulta fundamental. Mientras los primeros nos mantienen atrapados en ciclos de sufrimiento y debilidad, los segundos nos abren las puertas hacia el verdadero poder personal. Ciertamente, cada nivel superior multiplica exponencialmente nuestra capacidad para experimentar paz, alegría y plenitud.

Reconocer nuestro nivel actual constituye el primer paso para elevarnos en esta escala. Aunque la mayoría de la población mundial permanece por debajo del umbral crítico de 200, todos tenemos la capacidad de ascender. Este proceso requiere autoobservación honesta y trabajo interno constante.

La belleza del trabajo de Hawkins radica precisamente en su aplicabilidad práctica. Podemos utilizar este conocimiento como brújula para identificar cuándo estamos operando desde estados de debilidad como miedo o ira, y consecuentemente, tomar decisiones conscientes para elevarnos hacia el coraje, la neutralidad o incluso el amor.

El viaje hacia niveles superiores de conciencia no ocurre de la noche a la mañana. Sin embargo, cada pequeño avance representa un salto significativo en nuestra experiencia vital. Al final, comprendemos que la verdadera evolución humana no consiste en acumular conocimientos o posesiones, sino en expandir nuestra conciencia hasta alcanzar estados donde el amor incondicional y la paz interior se convierten en nuestra realidad cotidiana.

Así pues, este mapa nos invita a contemplar nuestra propia vida desde una nueva perspectiva: ¿Desde qué nivel de conciencia estamos experimentando el mundo? Y más importante aún: ¿Hacia dónde queremos dirigirnos? La respuesta a estas preguntas definirá, sin duda, la calidad de nuestra existencia.

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