Te ofrecemos 3 estrategias para la resolución de situaciones problemáticas de la vida.
Por Fernanda de la Rosa / Color Visión
En la vida todos pasamos por situaciones difíciles de aceptar. Ejemplos de ellos hay miles: la enfermedad de un familiar; una decepción amorosa; un despido injusto; pérdidas materiales y humanas, tener una adicción, falta de dinero…las dificultades siempre estarán presentes porque son parte de la vida y sin ellos nuestra existencia sería lineal e incluso aburrida. Ante las adversidades o problemas lo importante es no entrar en estado de negación, ser flexibles y tomar decisiones asertivas para solucionarlas.
También te puede interesar:
Consejos útiles para mejorar tu vida sexual
Existen infinidad de maneras de afrontar los problemas. A continuación, te ofrecemos información sobre algunas estrategias que te ayudarán a encarar las dificultades de la vida como retos y, con suerte, aprenderás, te fortalecerás, desarrollarás tu resiliencia y madurez emocional.
Convierte el problema en una tarea por resolver
Racionaliza la situación intentando encontrar una solución a través de la lógica, buscando una forma concreta meditada de solucionarla. Por ejemplo, busca el origen y la naturaleza del problema: en qué consiste, cómo y por qué ha surgido. También sirve para reflexionar sobre qué factores pueden estar alimentando el problema, manteniéndolo en el tiempo o incluso agravándose.
Pregúntate: ¿Cómo te gustaría resolver el problema?
De esta manera te planteas un objetivo a lograr. Plantear la resolución del problema como un objetivo te ayudará a verlo como un reto. Así aumentará tu motivación y obtendrás un cambio de perspectiva: tu mente se enfocará en resolver o afrontar activamente la situación. Este enfoque podría ser de mucha utilidad cuando se trata de afrontar problemas económicos o laborales.
Elige las estrategias que pondrás en práctica
Plantéate los pasos a seguir para solventar la situación. Incluso escribe cada uno en orden de ejecución. Luego ponlos en marcha. Si luego de la aplicación de alguno de los pasos te quedas atascado, busca un cambio de perspectiva. Tómate tu tiempo y no te olvides de tu equilibrio emocional.
En la resolución de problemas no hay recetas mágicas. Lo más importante es que seas flexible para cambiar de una a otra cuando lo necesites y no te obceques. Si una cosa no funciona, prueba otra.
Y tú, ¿Cómo afrontas tus problemas? ¿Qué te funciona? Coméntanos.