Para la cantante “los artistas deberían ser dueños de su propio trabajo”.
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Taylor Swift perdió la autoría de todo su catálogo de éxitos debido a una maniobra de fondos de inversión. Como estrategia para recuperarla, grabará nuevas versiones de su álbum «Fearless» y de toda su discografía pasada.
Al respecto, la artista expresó de manera enfática que “los artistas deberían ser dueños de su propio trabajo por muchas razones, pero la más obvia es que el artista es el único que conoce el conjunto de su obra”.
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Además, en una entrevista concedida a CNN señaló que las grabaciones que realizó originalmente, se hicieron en un momento diferente y bajo diferentes objeciones contractuales y legales y no está contenta con esto. Ahora, ella tiene el control total de esas producciones, aunque esto no cambia lo que pasó con las grabaciones antiguas.
Cruzada por la reconquista
Taylor Swift inició la reconquista de sus seis álbumes con la publicación de una adaptación de su tema «Love Story«, que ya está disponible y se puede adquirir en su versión digital por la cantidad de 13 dólares. También estará disponible en vinilo, CD y casete. El resto del álbum se irá publicando desde abril con la inclusión de seis nuevas canciones.
Sobre el proceso de reconquista de sus temas, la cantante, compositora, filántropa y actriz estadounidense, expresó que ha sido un proceso satisfactorio y emocional “lo ha sido más de lo que hubiese imaginado y me ha dado más determinación para grabar toda mi música».
El primer álbum de Taylor Swift fue publicado en 2008. Se hizo bajo el sello de Nashville Big Machine, que, como es habitual en la industria musical estadounidense en los comienzos de la vida artística de un músico, tenía control sobre la mayor parte de los derechos de sus canciones.
En 2019 la artista firmó un contrato con Universal Music que le dio los derechos de sus masterizados a futuro. Sin embargo, el empresario musical Scooter Braun adquirió Big Machine y todas las grabaciones masterizadas de los primeros seis álbumes de la artista; esas producciones cuentan con varios discos de platino.
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La compra, valorada en 300 millones de dólares, se llevó a cabo con la participación del fondo de inversión Carlyle Group y fue posteriormente traspasada a la firma de inversión Shamrock Capital. En ese momento Swift dijo que fue despojada de la obra de toda su vida y culpó a Braun, que representa a otras estrellas del pop como Justin Bieber o Ariana Grande, de ser un manipulador y querer desmantelar su trabajo.
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