Las creencias nos hablan de la percepción que tenemos de nosotros mismos y de nuestro entorno,veamos como pueden influir en nuestra vida
Por Antonio Briceño/ Color Visión
Las creencias son puntos de vista que consideramos verdaderos y que los damos por “ciertos”. Es decir, que nosotros, en nuestro cerebro, cuando adoptamos una creencia, puede ser consciente o inconsciente, esta formara parte del software operativo de nuestra vida.
Estas creencias comienzan a formarse en nuestros primeros años de vida, con la educación que recibimos de nuestros padres o personas influyentes, dando por cierto todo lo que nos enseñan, ya que de niños no estamos preparado para analizar si los mensajes que nos envían son correctos o no.
Estas creencias se convierten en el marco que va a definir nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
A lo largo de la vida esas creencias van apareciendo y repercutiendo en nuestras preferencias, en las decisiones que tomamos, las acciones que emprendemos en nuestra vida y, finalmente, en los resultados que obtenemos.
En algun momento del camino,generalmente cuando las cosas no nos van tan bien y nos llega el momento de parar el hacer, hacer, hacer… y comenzamos el maravilloso camino del conocimiento hacia adentro, el ser, es una consecuencia inevitable el revisar nuestro software de creencias.
Muchas de ellas son heredadas y las mantenemos por aprendizaje inconsciente, hábitos o incluso por lealtad familiar o grupos de pertenencia y por ende no son nuestras.
Es en este momento cuando podemos evaluar cuáles de ellas son limitantes y están afectando nuestro desarrollo personal y cuáles son potenciadores y nos ayudan a progresar.
Vamos a hacer un símil con lo que es nuestro clóset de ropa, allí tenemos ropa de nuestro padre, de nuestra madre, de algunos tíos, profesores, y amigos influyentes de la familia.
Algunos días salimos a la calle con ropa de nuestro padre y probablemente no nos sentimos muy bien y las cosas no nos salen como queremos, obvio no nos identificamos con esa ropa.
Otros días podemos salir con ropa de nuestra madre y quizás sentirnos bien, pero al día siguiente alguna otra prenda de ella no nos haces sentir tan cómodos.
Esto explica qué debemos ir sustituyendo esa ropa, con la cual no nos sentimos tan bien, por ropa escogida por nosotros y que al final quede un clóset con toda la ropa con la que nos sentimos cómodos.
En este sentido, igualmente lo haríamos con las creencias limitantes y potenciadoras. El objetivo es ir eliminando las creencias limitantes y sustituyéndolas por creencias potenciadoras, de manera que nuestro punto de vista sea exclusivamente el que nosotros queremos.
Lo ideal es que esas creencias esten en línea con nuestro propósito de vida y ese es el camino de crecimiento personal.
Es decir que nuestro closet de creencias cada día lo vayamos acercando mas a lo que verdaderamente queremos.
A manera de ejemplo vamos a nombrar los tipos de creencias limitantes más comunes: “Haga lo que haga, nada cambiará”, “No puedo”, “Yo no soy capaz de conseguir eso”, “Eso está fuera de mi alcance”, “No me lo merezco”, “Esto no está a mi altura”, “Todos los hombres son iguales”.
Todas ellas ejercen una gran influencia a la hora de limitar la capacidad de desarrollo de las personas y los profesionales y nos las encontramos constantemente en los procesos de coaching.
Allí trabajamos para identificarlas y cambiarlas por otras que impliquen esperanza en el futuro, sensación de capacidad, responsabilidad, sentido de la valía, pertenencia, etc.
De esta forma lograremos un avance significativo en el crecimiento interior y tendremos cada día más control del volante de nuestra vida.
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