Carga contra las políticas demócratas, defiende los aranceles y su plan contra la inmigración, alaba los recortes de Musk y el DOGE y reafirma sus amenazas expansionistas en Panamá y Groenlandia
Redacción.-El discurso presidencial más largo en la historia del Congreso estadounidense marcó un momento sin precedentes cuando Donald Trump habló durante 1 hora y 40 minutos, superando por 20 minutos el récord anterior de Bill Clinton. Durante este histórico discurso de Trump ante el congreso, presenciamos escenas polémicas: tres legisladores demócratas fueron expulsados, mientras otros abandonaron la sala en señal de protesta.
Como resultado de sus declaraciones sobre nuevos aranceles, vimos efectos inmediatos en la economía: el Dow Jones Industrial Average cayó aproximadamente 670 puntos, borrando todas las ganancias desde su reelección. Sin embargo, lo que más nos llamó la atención fue el tono combativo del presidente, quien, sin hacer concesiones a los demócratas, se centró en conflictos culturales y realizó afirmaciones controvertidas sobre su victoria electoral, a pesar de haber ganado por uno de los márgenes más estrechos en la historia de Estados Unidos.
Trump Desafía las Tradiciones del Congreso
La sesión conjunta del Congreso se convirtió en un escenario de tensión política sin precedentes durante el primer discurso de Trump en su segundo mandato. Además, el presidente estableció un nuevo récord al pronunciar la alocución más extensa en la historia moderna del Congreso, iniciando a las 21:16 y concluyendo a las 22:58, con una duración total de 1 hora y 42 minutos.
No obstante, el momento más controvertido de la noche ocurrió cuando el congresista demócrata Al Green interrumpió el discurso, cuestionando la legitimidad del mandato presidencial. En consecuencia, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, ordenó al Sargento de Armas escoltar a Green fuera del recinto, marcando así uno de los episodios más inusuales en la historia moderna del Congreso.
Durante su intervención, Trump mantuvo una postura inflexible, sin realizar concesiones hacia la bancada demócrata. Simultáneamente, decenas de congresistas de la oposición abandonaron el hemiciclo en protesta, especialmente después de que el presidente se refiriera a la senadora Elizabeth Warren como ‘Pocahontas’.
Por otra parte, la audiencia del discurso mostró una clara división partidista, con una mayor presencia de espectadores republicanos, siguiendo el patrón observado durante su primer mandato. A pesar de las protestas, Trump defendió firmemente su agenda política y económica, reafirmando sus posiciones en temas sociales.
La representante demócrata Melanie Stansbury realizó una protesta silenciosa sosteniendo un cartel que decía «Esto no es normal» mientras Trump se dirigía al podio. Asimismo, otros legisladores demócratas expresaron su desacuerdo mostrando carteles con la palabra «falso» durante la intervención presidencial.
El discurso se caracterizó por su tono combativo, tanto por parte del presidente como de la bancada demócrata. Trump desafió abiertamente a la oposición declarando: «No hay absolutamente nada que pueda decir para hacerles felices, para que se pongan en pie, sonrían o aplaudan».
Demócratas Lanzan Protestas Sin Precedentes
Las protestas demócratas alcanzaron niveles sin precedentes durante el discurso presidencial, manifestándose a través de diversas formas de resistencia. El momento más tenso ocurrió cuando el representante Al Green, de 78 años, se levantó de su asiento y agitó su bastón en señal de protesta. Aunque los republicanos respondieron con gritos de «USA, USA», Green mantuvo su postura hasta que el presidente de la Cámara, Mike Johnson, ordenó su expulsión.
Después de ser escoltado fuera del recinto, Green defendió sus acciones: «Aceptaré el castigo. Vale la pena que la gente sepa que algunos de nosotros vamos a oponernos al deseo de este presidente de recortar Medicare, Medicaid y la Seguridad Social».
Las congresistas del Caucus de Mujeres Demócratas (DWC) realizaron una protesta silenciosa pero visible, asistiendo al discurso vestidas de rosa. Norma Torres, congresista demócrata por California, explicó en redes sociales: «El rosa no es solo un color, es un símbolo de protesta, un símbolo del poder y la perseverancia de las mujeres».
Los legisladores demócratas portaban carteles con mensajes contundentes como «Betrayed for billionaires», «Musk roba», «Protejamos a los veteranos» y «Salvemos Medicaid». Mientras tanto, otros miembros del partido expresaban su desacuerdo gritando «¡No es cierto!» y «¡Son mentiras!» ante las afirmaciones presidenciales.
La división en la cámara se hizo más evidente cuando un grupo de congresistas abandonó el recinto vistiendo camisetas negras con la palabra «RESISTE» en la espalda. Además, aproximadamente una docena de legisladores optó por no asistir al discurso como forma de protesta.
El representante Adriano Espaillat, encargado de dar la respuesta demócrata en español, declaró: «Esta noche y en los últimos 45 días, hemos escuchado a un presidente que actúa como un rey y no como un presidente. La representante Rashida Tlaib utilizó una pizarra durante el discurso para escribir mensajes como «NO HAY REY» y «MENTIRAS».
Las protestas culminaron cuando varios demócratas replicaron a las promesas económicas del presidente con gritos de «¡La Bolsa! ¡La Bolsa!», haciendo referencia a las caídas en los mercados tras el anuncio de nuevos aranceles.
Mercados Reaccionan al Anuncio de Aranceles
Los mercados financieros experimentaron una fuerte sacudida tras el anuncio de aranceles durante el discurso presidencial. El índice S&P 500 registró una caída del 1,8%, situándose en 5.849,72 puntos, mientras que el Dow Jones Industrial Average se desplomó 649 puntos hasta los 43.191,24, representando una pérdida del 1,5%.
Simultáneamente, el peso mexicano sufrió una depreciación significativa, acercándose a las 21 unidades por dólar. Esta volatilidad se intensificó cuando Trump anunció aranceles del 25% sobre las importaciones mexicanas y canadienses, poniendo en riesgo un comercio binacional valorado en más de 839.000 millones de dólares anuales.
En respuesta, Canadá prometió imponer aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por valor de 155.000 millones de dólares. Por su parte, México, que dirige el 83% de sus exportaciones a Estados Unidos y cuyo 26,7% del PIB depende de estas, anunciará sus medidas de represalia el domingo 9 de marzo.
La implementación de estos aranceles amenaza con desestabilizar sectores clave. En el caso de México, las exportaciones automotrices, que alcanzaron 87.000 millones en vehículos y 64.000 millones en piezas el año anterior, podrían verse severamente afectadas. Además, el sector energético canadiense, que proporciona el 60% del petróleo crudo, 85% de la electricidad y 99% del gas natural importado por Estados Unidos, enfrenta importantes desafíos.
Los analistas económicos advierten que estas medidas podrían provocar una «tormenta perfecta» para las economías afectadas. Las consecuencias incluirían presiones inflacionarias en Estados Unidos, posibles interrupciones en las cadenas de suministro y un menor crecimiento económico. Asimismo, se prevé que el impacto en México podría resultar en una caída del PIB de entre tres y cuatro por ciento.
Durante su discurso, Trump mantuvo su postura inflexible, declarando: «Todo lo que ellos nos arancelen, nosotros se lo arancelamos a ellos», estableciendo el 2 de abril como fecha para implementar aranceles recíprocos adicionales.
Conclusiónes
Este discurso histórico marcó un punto de inflexión en la política estadounidense. Las protestas demócratas sin precedentes, junto con la expulsión de tres legisladores, evidenciaron la profunda división que existe en el Congreso. Sin embargo, las consecuencias más inmediatas se manifestaron en los mercados financieros, donde el anuncio de aranceles provocó una caída significativa en los principales índices bursátiles.
Ciertamente, las relaciones comerciales con México y Canadá enfrentan un futuro incierto. La amenaza de aranceles del 25% podría desencadenar una guerra comercial que afectaría negativamente a las tres economías norteamericanas. Como resultado, los analistas prevén importantes desafíos para sectores clave como el automotriz y energético.
Por consiguiente, este discurso presidencial no solo estableció un récord por su duración, sino que también dejó clara la postura inflexible de Trump frente a sus adversarios políticos y socios comerciales. Las tensiones generadas y sus efectos económicos inmediatos sugieren que Estados Unidos podría estar entrando en un período de mayor incertidumbre política y económica.