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Por Camille Camdessus, Shaun Tandon y Alina Dieste
Partidarios del presidente Donald Trump irrumpieron el miércoles en el Congreso de Estados Unidos cuando se certificaba la victoria de Joe Biden, provocando el caos y acusaciones de un intento de «golpe» tras un llamado de último minuto del mandatario para revertir su derrota electoral.
Una turba enardecida ingresó al Capitolio y forzó la interrupción de los debates poco después de que el vicepresidente Mike Pence anunciara que no tenía autoridad constitucional para oponerse a la certificación del triunfo de Biden.
«Nos estamos apoderando de la Cámara», dijo a la AFP un manifestante anónimo. «Este es nuestro Congreso».
El ingreso en tropel de los partidarios de Trump ocurrió luego de un mitin extraordinario del mandatario republicano en las afueras de la Casa Blanca, en el que arengó a sus seguidores a impedir la ratificación del triunfo de Biden. «Nunca nos rendiremos. Nunca concederemos» la victoria, aseguró.
Los incidentes en el Capitolio, que fue puesto bajo confinamiento, ocurren cuando el Partido Demócrata se encamina a ganar dos escaños en el Senado tras una segunda vuelta en las elecciones del martes en Georgia, con lo cual Biden, que debe asumir la presidencia el 20 de enero, tendría control total del Congreso.
Legisladores dijeron que recibieron instrucciones de ponerse máscaras antigás y tumbarse en el suelo, mientras la policía del Capitolio debió desenfundar sus armas para proteger a los congresistas.
Medios reportaron una persona herida de bala al interior del Capitolio. La víctima es una mujer que recibió un disparo en el hombro, según un agente citado por el Washington Post. Fue evacuada en camilla. Según CNN, se encuentra en estado crítico.
La alcaldesa de Washington ordenó un toque de queda a las 18H00 (23H00 GMT) en la capital federal, que regirá hasta las 06H00 del jueves.
Ante la violencia desatada, Trump, que antes había instigado a la protesta, pidió a sus seguidores «mantenerse pacíficos».
Más de media hora después, cuando continuaban los disturbios, insistió en apaciguar los ánimos. «Pido a todos en el Capitolio de Estados Unidos que permanezcan en paz», dijo Trump.
Y finalmente añadió en un video de un minuto en Twitter: «Entiendo su dolor (…) tuvimos una elección que nos fue robada. Pero tienen que volver a casa ahora».
Legisladores demócratas denunciaron un intento de «golpe» de Estado.
«Tristemente, y peligrosamente, una parte del Partido Republicano cree que su supervivencia política depende del respaldo de un intento de golpe», dijo el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer.
«Un golpe en marcha», tuiteó la congresista Val Demings.
«Esto es anarquía. Es un intento de golpe», señaló su colega Seth Moulton.
«El presidente está incitando al terrorismo interno», apuntó el legislador Mark Pocan.
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«No reconozco a nuestro país hoy y los miembros del Congreso que han apoyado esta anarquía no merecen representar a sus compatriotas», dijo la congresista Elaine Luria.
«Espiral mortal»
No hay dudas de que Biden se convertirá en presidente, dado que los demócratas ya controlan la Cámara de Representantes, pero más de 140 congresistas y una docena de senadores republicanos se han puesto del lado de Trump para desafiar los resultados, aunque no se ha probado ninguna evidencia de fraude en los tribunales.
Antes de que los disturbios obligaran al receso en el Capitolio, el líder republicano del Senado, el senador Mitch McConnell, durante cuatro años un acérrimo partidario de Trump, alertó sin embargo de los peligros de negarse a certificar la victoria de Biden, señalando un riesgo «mortal» para la democracia.
Esto es lo que reseñas otros medios en EEUU:
«Si esta elección fuera anulada en base a simples acusaciones de los perdedores, nuestra democracia entraría en una espiral mortal», dijo McConnell durante una sesión que comenzó con las objeciones de dos legisladores republicanos a los resultados en el estado de Arizona.
En los últimos días, miles de partidarios de Trump se habían estado congregando a instancias suyas en Washington, donde la presencia policial era mayor y muchos negocios estaban tapiados por miedo a enfrentamientos.
«No puedo decir que respeto nuestro proceso electoral», dijo a la AFP Gail Shaw, de 76 años, quien viajó desde Nueva Jersey. «Recuperaremos nuestra nación».
Histórica elección en Georgia
La sesión conjunta del Congreso se inició un día después de la segunda vuelta de la elección senatorial en Georgia, donde según las proyecciones los candidatos demócratas desbancaron a los republicanos en el poder.
De confirmarse el triunfo demócrata, el Senado, actualmente controlado por los republicanos, quedaría dividido 50-50 y la vicepresidenta demócrata Kamala Harris tendría el voto del desempate.
«Después de los últimos cuatro años, después de las elecciones, y después de los procedimientos de certificación electoral de hoy en el Capitolio, es hora de dar vuelta la página», dijo Biden en un comunicado más temprano.
«Los estadounidenses están pidiendo acción y desean unidad y estoy más que nunca optimista de que lo lograremos», señaló.
En Georgia, se proyecta que el candidato demócrata Raphael Warnock, pastor de la iglesia de Atlanta donde predicó Martin Luther King, derrotaría a la republicana Kelly Loeffler, una empresaria de 50 años designada al Senado en diciembre de 2019 para cubrir una vacante.
Warnock, de 51 años, quien se convertiría en el tercer afroestadounidense en lograr un escaño en el Senado en el sur del país, lideraba por 53.430 votos de los casi 4,4 millones emitidos, o más del 1%.
En la otra carrera senatorial de Georgia, el demócrata Jon Ossoff, un productor audiovisual de 33 años, se adjudicó la victoria el miércoles ante el republicano David Perdue.
«Georgia, muchas gracias por la confianza que han depositado en mí», dijo Ossoff, quien sería el senador demócrata más joven desde… Joe Biden (en 1973).
© Agence France-Presse / Color Visión
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