A medida que recorremos el camino, los ideales de cada uno se irán moderando, los fantasmas se desvanecerán poco a poco y las reacciones y sentimientos que generamos en los demás se van transformando. Caminar con alguien, además de
un placer debe ser un compromiso; no hay relación perfecta, pedimos demasiado, exigimos mucho y nos proyectamos constantemente. Cada relación estará siempre en movimiento, llevando a cuesta sus peculiaridades, sus danzas y andanzas, con algunos pisotones de vez en cuando. Para poder ir arreglando la carga en el camino, necesitamos, entre otras cosas:
– Flexibilidad
– Comunicación efectiva
– El don de escuchar.
– Habilidad para surgir de la adversidad (resiliencia).
– Empatía
– Aprender a construir más que a perpetuar.
– Aprender a controlar la ira.
– Incluir el elemento erotismo, como parte importante que distingue a la pareja de otras relaciones.
Acepta y descubre tus posibilidades, vívelas con intensidad y encuentra un propósito a tu vida. Eres completo, no busques fuera lo que llevas dentro, no busques en el otro lo que solo tú puedes darte; sal al encuentro de quien merezca disfrutar toda tu entereza.
La buena relación contigo mismo, te llevará a una mejor relación con alguien más.
