Los hombres dirigidos por Xabi Alonso tenían muchos incentivos para sacar adelante el clásico. Primero, las cuatro derrotas consecutivas que acumulaba ante el Barcelona
Por Noticias SIN
Madrid.- Las declaraciones de Lamine Yamal y las cuatro derrotas consecutivas frente al Barcelona encendieron al Real Madrid, que, impulsado por Kylian Mbappé, Jude Bellingham y Vinícius Júnior, saldó cuentas pendientes con el cuadro azulgrana y se impuso por 2-1 para consolidar el liderato.
Los hombres dirigidos por Xabi Alonso tenían muchos incentivos para sacar adelante el clásico. Primero, las cuatro derrotas consecutivas que acumulaba ante el Barcelona; segundo, sumar tres puntos para poner tierra de por medio y obtener una renta de cinco respecto a su máximo rival; y tercero, contestar a Lamine Yamal.
Durante toda la semana apenas hubo señales de vida en la casa blanca ante las declaraciones del internacional español, que en el entorno desenfadado de la ‘Kings League’ comparó al equipo blanco con el de Ibai Llanos asegurando que «roban y se quejan». Ni Xabi Alonso, en la rueda de prensa previa, quiso contestar al internacional español. Prefirió centrarse en lo que iba a ocurrir en el verde.
Trifulca y protagonismo de Bellingham
Pero en el vestuario blanco se la guardaron a Lamine. Una vez finalizado el choque, Carvajal se dirigió al extremo azulgrana con un «sigue hablando» que desencadenó una gran trifulca a la que se unieron Vinícius y Courtois. Luego, Bellingham, en sus redes sociales, publicó otra frase con la que ajustó cuentas: «Hablar es gratis».
Precisamente, el centrocampista británico fue uno de los mejores de su equipo.
Volvió a reconocerse la mejor versión de Bellingham, presente en todos los rincones del campo, autor de un gol, el segundo, y de una asistencia a Mbappé en el primero. Todo eso, más el tanto de Fermín, ocurrió en los primeros 45 minutos, en los que el Real Madrid fue brillante e intenso.
Más defensivo en el segundo acto, aguantó el resultado ante el estirón azulgrana. Incluso Mbappé falló un penalti y el fútbol pasó a segundo plano en cuanto Vinícius inició su ‘show’ con un enfado monumental al ser sustituido por Rodrygo.
