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viernes 22 noviembre 2024

Sacrificio en medio de crisis – El Informe con Alicia Ortega

El Informe con Alicia Ortega. Transmitido por Color visión en vivo

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Por: Luz Colmenares / Color Visión

El ser humano ha demostrado que a través de las tragedias es capaz de adaptarse y sacar lo mejor de cada situación. Y es que, desde marzo pasado, el país entero ha sido testigo de los actos heroicos de un grupo de ciudadanos anónimos, quienes dejan de manifiesto que vale la pena hacer sacrificios en medio de la crisis.

Los primeros en la línea de batalla contra el COVID 19, es el personal de salud; los cuales, dejando a un lado los riesgos, abandonaron sus hogares y familias desde el inicio de la pandemia para atender a los infectados por este virus. Muchos de ellos, con extenuantes horas laborales, han trabajado en beneficio del paciente que necesita apoyo. Con grandes frustraciones por las pérdidas humanas, y el temor de llegar a ser contagiados; estos héroes de capa blanca asumieron el compromiso de buscar la mejoría de sus pacientes. Intensivistas, internistas, infectólogos, enfermeros, camilleros, aseadores, todo el personal; se han identificado con la vida de cada paciente critico por coronavirus, y la propia vulnerabilidad los lleva a servir con mayor esfuerzo.

Quién también sumó su granito de arena fue MERCASID, a través de la puesta en marcha de un plan de producción bajo estrictas medidas de bioseguridad; todo ello con el fin de seguir llevando a cada dominicano los productos básicos en el tiempo de pandemia.

Por su parte, la industria farmacéutica también se hizo presente durante la pandemia. A través de mensajeros entregaban los medicamentos a los clientes hasta las puertas de sus casas, y el personal atendía a los pocos clientes que llegaron a las sucursales. Fue el gran sentido del compromiso y el deber con la salud del dominicano, lo que motivó a estos hombres y mujeres a prestar sus servicios aun exponiendo sus vidas.

El ejército de la República participo activamente en las calles, para velar por el cumplimiento del toque de queda. Los uniformados también fueron concientizados de las medidas de bioseguridad que debían seguir para evitar contagios. Muchos de ellos vieron con preocupación la irresponsabilidad de muchos transeúntes, quienes se encontraban en las calles luego de la hora estipulada por los organismos del estado.  

La situación crítica en la pandemia relacionada con la escases de algunos recursos, motivo a profesionales y voluntarios del INTEC a la construcción de máscaras de protección facial. 40 mil de estas viseras fueron distribuidas a centros de salud, así como a policías y militares que prestaban servicios en las calles. Asimismo, los escases de ventiladores para la asistencia mecánica de oxígeno a pacientes críticos, impulso a las universidades a realizar proyectos de investigación y fabricación de ventiladores. Producto de ello, fueron fabricados 192 ventiladores, usados en distintos centros de salud.

 La industria militar del ministerio de la defensa dejo a un lado la confección de uniformes para abrirse paso a la realización de miles de mascarillas desechables. Con metas claras, dos fábricas en funcionamiento para estos fines y más de 120 trabajadores; la producción de mascarillas pudo surtir de este recurso a instituciones de seguridad, institutos de salud y otros.

La sensibilidad humana también se hizo presente en el tiempo de pandemia, de la mano de Juana Hernández y sus colaboradores; quienes a través de donaciones y recursos propios se dieron a la tarea de realizar comidas para los policías y los indigentes; siendo esto entregado en horas de la noche.


Emergencia Mundial por el Coronavirus – El Informe con Alicia Ortega


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