El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha sido objeto de críticas y debates sobre su estilo de gobierno. En su discurso por el primer año de su segundo mandato, Bukele afirmó que le «tiene sin cuidado» que lo llamen dictador y que términos como democracia, transparencia y derechos humanos se usan para «mantener sometidas a las personas».
Algunos analistas han señalado que Bukele ha pasado de ser visto como un «Dictador Chévere» a un líder con tendencias autoritarias. Su gobierno ha sido criticado por la detención de activistas de derechos humanos y medidas contra organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, Bukele sostiene que su enfoque de mano dura ha reducido la violencia en el país y que prefiere ser llamado dictador antes que ver asesinatos en las calles.