La historia de un techo que lloro por 30 años y nadie le hizo caso
Desde 1994, cuando se convirtió en discoteca, hubo denuncias sobre ruido excesivo y problemas estructurales; sin embargo, las autoridades no actuaron hasta 2021
La comunidad soportó problemas como desvíos de agua y vibraciones durante más de tres décadas sin respuesta efectiva del propietario Antonio Spayat. Él nunca asistió a las convocatorias judiciales relacionadas con estos problemas.
A pesar de los problemas conocidos con filtraciones y caídas de plafones desde hace años, muchos asistentes consideraban estas condiciones como normales e insignificantes.
Durante la fiesta donde ocurrió la tragedia, había varios elementos pesados sobre el techo que aumentaban su riesgo estructural según informes preliminares del ingeniero Peter Bonilla.
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