Los llamados “reporteros de la calle” destacan que el nuevo estilo de comunicar exige inmediatez, cercanía con la gente y creatividad para sobrevivir en un ecosistema dominado por redes sociales y audiencias cada vez más críticas.
Antes, el periodista dependía de la sala de redacción y de los grandes medios. Hoy, los reporteros de calle —muchos con apenas un celular y conexión a internet— se convierten en testigos directos de lo que ocurre en barrios, protestas, mercados o comunidades rurales. Este estilo rompe con la formalidad tradicional.
