Los participantes declararon sentirse significativamente menos fatigados, deprimidos y estresados después de todas las actividades relacionadas con el perro.
El estudio demuestra, según escriben los autores, que determinadas actividades con perros “podían activar una mayor relajación, estabilidad emocional, atención, concentración y creatividad al facilitar un aumento de la actividad cerebral”, así como “disminuir el estrés e inducir respuestas emocionales positivas”.
Aunque no todos los participantes en la investigación tenían animales de compañía, es probable que su afición por los animales motivara su disposición a participar en el experimento, lo que podría sesgar los resultados.
Sin embargo, los autores afirman que las relaciones únicas entre actividades específicas y sus efectos fisiológicos podrían servir de referencia para programar en el futuro intervenciones específicas asistidas por animales.