La boda gay ha desatado un intenso debate: para algunos fue una celebración de amor y diversidad, mientras que sectores religiosos y políticos la calificaron de provocación y afrenta a la Constitución dominicana.
La Junta Central Electoral (JCE) recordó que solo los Oficiales del Estado Civil y las iglesias acreditadas pueden celebrar matrimonios en el país.
En contraste, activistas LGBTIQ+ y defensores de derechos humanos celebraron el gesto como un acto de visibilidad y resistencia, destacando que el país aún no reconoce legalmente las uniones entre personas del mismo sexo.
