Por: José Morón / Color visión
Debido a sus problemas de movilidad, La reina Isabel II, de 96 años, se vio obligada a cancelar su asistencia a la apertura formal del Parlamento, su primera ausencia desde 1963, cuando no pudo acudir al mismo al estar embarazada de su hijo menor.
En su lugar, El príncipe Carlos, heredero de la corona británica, hizo este martes historia al sustituir por primera vez a la soberana en la cita constitucional, donde leyó el programa legislativo del Gobierno, que incluye medidas contra las protestas descontroladas de grupos ecologistas y planes para el coste de la vida.
El príncipe de Gales, de 73 años, asumió hoy las funciones de jefe de Estado, y estuvo acompañado por su esposa, Camilla, duquesa de Cornualles, y su hijo mayor, el duque de Cambridge.
A pesar de la ausencia de Isabel II, el acto se celebró por todo lo alto como lo manda la tradición, en la Cámara de los Lores (alta), donde no faltó la corona imperial, colocada sobre un cojín rojo, símbolo de la importante relación entre monarquía y parlamento.
En nombre de la reina y desde esa sala reservada para la nobleza, el príncipe Carlos cumplió con el protocolo de rigor al pedir a una emisaria que llamara a los Comunes (diputados de la cámara baja) para que escucharan su discurso.
El primer ministro británico, Boris Johnson, y el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, caminaron juntos hasta la Cámara de los Lores, seguidos de los ministros, el llamado “gabinete en la sombra” (laboristas) y el resto de diputados.
Una vez todos en la Cámara Alta (los lores con sus coloridas capas de armiño), el príncipe de Gales, vestido con uniforme militar, leyó en apenas diez minutos las líneas generales del programa del Ejecutivo para el próximo periodo parlamentario.