Por: Yohanna Guzmán
Rubby Pérez fue un ícono del merengue dominicano, reconocido por su potente voz y su impacto en la música tropical. A lo largo de su carrera, dejó un legado imborrable en la industria musical, con éxitos que marcaron generaciones.
De deportista a cantante
Roberto Antonio Pérez Herrera, fue conocido artísticamente como Rubby Pérez, nació el 8 de marzo de 1956 en Bajos de Haina, República Dominicana. Desde pequeño, mostró interés por la música, aunque inicialmente, como muchos niños de países caribeños, soñaba con ser beisbolista. Sin embargo, muy joven un accidente automovilístico truncó sus aspiraciones deportivas, llevándolo a redireccionar su enfoque y dedicarse al arte.
El accidente que cambió su vida
Rubby Pérez tenía una profunda pasión por el béisbol desde niño. Creció en Bajos de Haina, donde el béisbol es más que un deporte: es una tradición y una fuente de orgullo nacional. Desde pequeño, soñaba con convertirse en un jugador profesional y llevar una camiseta con su apellido a los estadios de las Grandes Ligas.
Y es que su talento en el béisbol era evidente. Jugaba como infielder y tenía una gran habilidad para el bateo y la defensa. Participó en torneos juveniles y era considerado una promesa dentro de su comunidad. Su familia y amigos lo apoyaban en su sueño, y él entrenada con disciplina para alcanzar el nivel profesional.
Para muchos jóvenes dominicanos, el béisbol representa una vía para mejorar su calidad de vida y la de sus familias, debido a que las academias de equipos de la MLB en el país buscan talentos desde temprana edad.
Sin embargo, su destino cambió drásticamente el 13 de junio de 1972, cuando sufrió un accidente automovilístico cuando tenía solo 15 años de edad. Todo sucedió cuando regresaba a casa después de un entrenamiento de béisbol, el joven soñador, fue atropellado por una camioneta en la comunidad de Piedra Blanca, Haina. El impacto fue devastador, causándole una grave lesión en la pierna izquierda.
Roberto Antonio Pérez fue trasladado de emergencia al hospital Dr. Darío Contreras, donde permaneció internado durante un año. La lesión en su rodilla izquierda fue tan severa que requirió múltiples cirugías y un largo proceso de rehabilitación.
Durante ese tiempo fue sometido a muchas terapias con la intención de que recuperara la movilidad en su pierna. Pero debido a la falta de recursos de su familia, el joven no pudo acceder al tratamiento adecuado, lo que le causó una infección que afectó permanentemente el funcionamiento de su extremidad inferior.
Durante su recuperación, Rubby cayó en una profunda tristeza, sintiendo que su sueño de ser beisbolista se había desvanecido. A pesar de eso, en medio de la adversidad, encontró consuelo en la música. En el hospital, comenzó a cantar para aliviar su dolor y entretener no solo a los pacientes sino también a los médicos. Allí su talento no pasó desapercibido, y pronto se convirtió en una figura querida dentro del hospital.
El Inicio en la Música
Después de su recuperación, Rubby Pérez decidió dedicarse por completo a la música tal y como un día lo hizo con el béisbol. Por eso tomó iniciativa y se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música en Santo Domingo, donde aprendió a tocar el piano y la guitarra.
Su pasión por el canto lo llevó a formar parte de varias agrupaciones juveniles, incluyendo Los Juveniles de Baní y Los Hijos del Rey las cuales sirvieron como una plataforma para jóvenes talentos que buscaban abrirse camino en la música tropical. Asimismo, ayudaron a que Rubby Pérez desarrollara su estilo vocal y adquiriera experiencia en presentaciones en vivo.
Su gran oportunidad llegó cuando fue invitado a participar en un programa de televisión, donde su voz impresionó a los espectadores y a importantes figuras de la industria musical. Fue en ese momento cuando un presentador lo bautizó como «La Voz Más Alta del Merengue«, un título que lo acompañaría por el resto de su carrera.
En 1982, Rubby Pérez se unió a la famosa orquesta de Wilfrido Vargas, donde alcanzó gran reconocimiento. Durante su tiempo en la orquesta, interpretó éxitos como «El Africano», «Volveré» y «Las Avispas», consolidándose como una de las voces más destacadas del merengue.
Carrera como Solista y Éxitos
Rubby Pérez decidió emprender su carrera como solista en 1987, después de haber sido una de las voces más destacadas de la orquesta de Wilfrido Vargas y es que su deseo de explorar su propio estilo y tener mayor control sobre su música, lo llevó a tomar la decisión de independizarse.
Pero el reconocimiento como solista no fue inmediato para Rubby Pérez. Aunque ya era una figura destacada en la orquesta de Wilfrido Vargas, su transición a solista en 1987 implicó un desafío. Al principio, tuvo que demostrar que podía sostener una carrera sin el respaldo de una agrupación establecida.
Sin embargo, su potente voz, su estilo único y su constante esfuerzo, empezaron a rendir sus frutos, le permitieron ganar rápidamente el cariño del público. Su álbum debut como solista tuvo un gran impacto, con temas como «Buscando Tus Besos» y «Dame Veneno», que se convirtieron en éxitos en la radio y en las listas de música tropical. Su sencillo «Enamorado de Ella» alcanzó el puesto #29 en los Latin Charts, y su álbum llegó al #15 en la lista Tropical de Billboard.
Además, su presencia en Venezuela fue clave para su éxito. Consideraba al país su «segunda patria» y tuvo una gran acogida en programas como Sábado Sensacional, lo que ayudó a consolidar su carrera internacional.
Con el tiempo, Rubby Pérez se convirtió en una de las voces más influyentes del merengue, recibiendo premios y reconocimientos por su trayectoria.
Y es que en el en 2024, Premios Soberano le otorgó el galardón el Soberano al Mérito, una estatuilla muy importante por su trayectoria y legado en la música.
En la edición del 2025 de los Premios Soberano realizó una gran presentación.
También obtuvo en Premios Casandra varios galardones, lo cual reafirmaba su talento ya que se trata de un reconocido evento de la República Dominicana.
Durante su carrera fue invitado a diversos festivales y eventos musicales en América Latina y Estados Unidos.
Además, ganó Discos de Oro y Platino por sus ventas en países como Venezuela y también en República Dominicana.
Familia y Vida Personal
Aunque su vida profesional fue un libro abierto, en su vida personal fue bastante reservado a pesar de que algunas polémicas fueron imposibles de esconder. Rubby Pérez, tuvo una vida personal marcada por el amor, casado con Inés Lizardo durante 48 años, hasta su fallecimiento en 2022 por cáncer de mama. Tuvo siete hijos con su esposa tuvo tres, Julio Alberto, Zulinka Yadhira, Yuzulka Inés y Rubmariel Yanilet
Fuera de su matrimonio tuvo a KC Ailin, nacida de una relación con una mujer colombiana, con Michelle Reynoso tuvo a Ana Beatriz y otro hijo cuyo nombre no ha sido publicado.
Su hija Ana Beatriz celebró recientemente sus 15 años, y Rubby le dedicó una canción especial en su fiesta.
A pesar de las dificultades, Inés Lizardo aceptó y trató con cariño a los hijos que Rubby tuvo fuera del matrimonio. En sus últimos años, el cantante mantuvo una relación con Leidy Rosario, con quien compartió momentos importantes antes de su fallecimiento.
Trágico accidente en la discoteca Jet Set
Con una vida exitosa, sin muchos escándalos, construida con todo su esfuerzo y su talento innato, tras innumerables presentaciones en muchos países del mundo, jamás imaginó que su último aliento sería en una tarima en su amado país.
Y es que la madrugada del 8 de abril de 2025, Rubby Pérez la voz más alta del merengue se apagó en un trágico accidente en la discoteca Jet Set Club, en Santo Domingo.
Nadie esperaba que, durante su presentación, mientras cientos de personas disfrutaban, bailaban y cantaban sus éxitos, de un momento a otro el techo del local colapsó, causando la muerte no solo del cantante sino de 230 personas más y dejando decenas de heridos.
Inicialmente, se pensó que el cantante había sobrevivido, pero horas más tarde se confirmó su fallecimiento bajo los escombros. Su partida dejó un profundo vacío en la música latina, y su legado sigue vivo en sus canciones y en el corazón de sus seguidores.

El día del sepelio, el ataúd de Rubby Pérez fue cubierto con las banderas de Venezuela y República Dominicana, un gesto que simbolizaba el profundo vínculo del artista con ambas naciones. Al salir del Teatro Nacional Eduardo Brito en Santo Domingo, el féretro llevaba sobre sí los colores de los países que marcaron su trayectoria y su corazón. La bandera dominicana, representando su tierra natal, y la venezolana, reflejando el cariño y la admiración que siempre tuvo por el país sudamericano. En medio de aplausos y emotivos cánticos, el ataúd fue trasladado al cementerio, acompañado por el amor de sus seguidores y el legado de su música.
Accidentes que cambian la vida
Rubby Pérez fue más que un cantante; fue un símbolo del merengue y un embajador de la música dominicana. Su voz única y su pasión por la música lo convirtieron en una leyenda. Aunque inicialmente el arte no era su sueño, un giro inesperado en su vida lo llevó a dedicarse por completo a la música. Y aunque su vida terminó de manera trágica, su legado seguirá vivo por generaciones. Su historia, es un ejemplo de cómo un obstáculo puede transformarse en una nueva oportunidad.