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    Tormenta solar impactará mañana la Tierra: se esperan auroras y posibles fallas tecnológicas

    Una potente eyección de masa coronal lanzada por el Sol el 5 de noviembre llegará este 7 de noviembre. Expertos anticipan tormentas geomagnéticas de nivel G3–G4, con efectos visibles y riesgos moderados para comunicaciones y satélites.

    El campo magnético terrestre recibirá mañana, al mediodía, el impacto de una nube de plasma solar producto de una llamarada registrada esta semana. Según los modelos de observación, la interacción podría generar auroras intensas en latitudes poco habituales, además de interrupciones en sistemas de GPS, radio y redes eléctricas en zonas sensibles.

    Los especialistas aclaran que no se trata de que el Sol esté más cerca de la Tierra, sino de la fuerza de sus emisiones que viajan por el espacio y alcanzan nuestro planeta. Aunque no se prevé un evento extremo (nivel G5), sí se esperan alteraciones significativas que pondrán a prueba la infraestructura tecnológica y la vigilancia científica.

    Este fenómeno coincide con un mes cargado de actividad astronómica: la Superluna del 5 de noviembre, lluvias de estrellas y alineaciones planetarias que mantienen a noviembre como un período de gran interés para observadores y comunidades científicas.

    La tormenta solar de mañana será un recordatorio de la conexión directa entre nuestra vida cotidiana y la dinámica del cosmos. Mientras algunos mirarán al cielo en busca de auroras, otros estarán atentos a cómo la tecnología responde a la fuerza del Sol.

    Una potente eyección de masa coronal lanzada por el Sol el 5 de noviembre llegará este 7 de noviembre. Expertos anticipan tormentas geomagnéticas de nivel G3–G4, con efectos visibles y riesgos moderados para comunicaciones y satélites.

    El campo magnético terrestre recibirá mañana, al mediodía, el impacto de una nube de plasma solar producto de una llamarada registrada esta semana. Según los modelos de observación, la interacción podría generar auroras intensas en latitudes poco habituales, además de interrupciones en sistemas de GPS, radio y redes eléctricas en zonas sensibles.

    Los especialistas aclaran que no se trata de que el Sol esté más cerca de la Tierra, sino de la fuerza de sus emisiones que viajan por el espacio y alcanzan nuestro planeta. Aunque no se prevé un evento extremo (nivel G5), sí se esperan alteraciones significativas que pondrán a prueba la infraestructura tecnológica y la vigilancia científica.

    Este fenómeno coincide con un mes cargado de actividad astronómica: la Superluna del 5 de noviembre, lluvias de estrellas y alineaciones planetarias que mantienen a noviembre como un período de gran interés para observadores y comunidades científicas.

    La tormenta solar de mañana será un recordatorio de la conexión directa entre nuestra vida cotidiana y la dinámica del cosmos. Mientras algunos mirarán al cielo en busca de auroras, otros estarán atentos a cómo la tecnología responde a la fuerza del Sol.

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