Por Yohanna Guzmán
El fenómeno del sargazo no es solo una molestia estética, es un reto ecológico, social y económico que requiere atención inmediata y sostenida
El sargazo es una macroalga marina flotante del género Sargassum, que se reproduce rápidamente en aguas cálidas y ricas en nutrientes. Aunque en altamar cumple funciones ecológicas importantes —como servir de refugio a peces y tortugas—, cuando llega en grandes cantidades a las costas, se convierte en un problema ambiental, turístico y económico.
Impacto en las playas dominicanas
– Apariencia y olor desagradable: Al descomponerse, el sargazo emite gases como el ácido sulfhídrico, generando un olor similar al de huevos podridos.
– Obstrucción del acceso al mar: Se acumula en la orilla, dificultando el paso y afectando la experiencia de los bañistas.
– Daño ecológico: Reduce la luz solar en el agua, disminuye el oxígeno y afecta corales, peces y tortugas marinas.
– Afectación a la salud: Puede provocar irritaciones respiratorias en personas sensibles.
¿Cómo influye en la actividad comercial de la isla?
– Turismo en riesgo: El sargazo ha provocado una caída en la ocupación hotelera en zonas como Punta Cana y Bayahibe. Algunos hoteles han tenido que invertir hasta US$70,000 mensuales en limpieza.
– Pérdidas para restaurantes y comerciantes: El mal aspecto de las playas ahuyenta a los visitantes, afectando directamente las ventas.
– Pesca afectada: La acumulación de sargazo altera los ecosistemas marinos, reduciendo la disponibilidad de especies y complicando la labor de los pescadores.
– Costos operativos elevados: Se requieren barreras flotantes, maquinaria especializada y brigadas de limpieza para mantener las playas en condiciones óptimas.
¿Una oportunidad en medio del desafío?
República Dominicana está explorando usos productivos del sargazo:
– Fertilizantes orgánicos y biocombustibles.
– Materiales de construcción como “Sargablocks”.
– Exportación para cosméticos y envases sostenibles.
El gobierno y la Unión Europea han lanzado una convocatoria para empresas interesadas en transformar el sargazo en valor económico. Ya que buscan desarrollar cadenas de valor que conviertan el sargazo en productos útiles como fertilizantes, biocombustibles, materiales de construcción y más.
En definitiva, el fenómeno del sargazo no es solo una molestia estética, es un reto ecológico, social y económico que requiere atención inmediata y sostenida. Su impacto en las playas, la vida marina y el turismo pone en juego el bienestar de comunidades costeras y sectores clave del país.

¿Qué pasa si no se hace nada?
– Degradación ambiental acelerada: El ecosistema costero se ve afectado por la falta de luz, disminución de oxígeno y la muerte de especies marinas.
– Crisis turística: La acumulación del sargazo ahuyenta visitantes, baja la ocupación hotelera y genera pérdidas económicas en restaurantes, excursiones y comercios.
– Problemas de salud: El mal olor y los gases emitidos por el sargazo en descomposición pueden provocar molestias respiratorias y alergias.
– Aumento en los costos municipales: Las alcaldías tienen que invertir recursos constantemente en limpieza sin retorno económico ni solución de largo plazo.
– Desempleo y pobreza costera: La caída del turismo y de la pesca puede desencadenar situaciones de vulnerabilidad en comunidades que dependen del mar.
¿Qué puede ocurrir si se logra el plan del gobierno?
– Economía circular activa: El sargazo se transforma en productos como fertilizantes, biocombustibles, cosméticos y materiales de construcción.
– Generación de empleo verde: Empresas, cooperativas y emprendedores encuentran nuevas oportunidades en el procesamiento y comercialización del sargazo.
– Turismo sostenible: Las playas recuperan su belleza, se refuerza la imagen internacional del país y se garantiza una experiencia segura para los visitantes.
– Innovación nacional e internacional: República Dominicana se posiciona como líder en la gestión inteligente del sargazo en el Caribe.
– Mayor conciencia ambiental: La ciudadanía se involucra en el cuidado de su entorno y en soluciones que combinan ciencia y sostenibilidad.

El sargazo puede ser una carga o una oportunidad. Todo depende de las acciones que se tomen ahora y gracias a iniciativas del Gobierno esto podría dejar de ser una carga ambiental y en alianza con la Unión Europea, pasar a ser una nueva puerta para transformar el sargazo en oportunidad económica y ecológica.
Cuando se unen innovación, política pública y conciencia ciudadana, lo que parecía un desastre puede ser el inicio de una solución global.