Se le conoce popularmente como la «hormona del estrés» porque sus niveles aumentan significativamente en respuesta a situaciones estresantes.
El cortisol es una hormona esteroidea que juega un papel crucial en el funcionamiento del cuerpo humano. Conocida comúnmente como la «hormona del estrés», su producción y regulación son esenciales para mantener el equilibrio en diversas funciones fisiológicas. Exploraremos en profundidad qué es el cortisol, cómo se produce, sus funciones, y su relación con el estrés y la salud en general.
¿Qué es el cortisol?
El cortisol es una hormona que pertenece a la familia de los glucocorticoides, un tipo de corticosteroide. Se sintetiza en la corteza de las glándulas suprarrenales, que se encuentran ubicadas justo encima de los riñones. Esta hormona es fundamental para la regulación de múltiples procesos metabólicos en el cuerpo, incluyendo el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas.
Producción y regulación del cortisol
Cuando el cuerpo percibe una amenaza o estrés, el hipotálamo libera la hormona liberadora de corticotropina (CRH), que a su vez estimula la glándula pituitaria para que produzca la hormona adrenocorticotrópica (ACTH). Esta hormona actúa sobre las glándulas suprarrenales, provocando la liberación de cortisol en el torrente sanguíneo.
Funciones del cortisol
El cortisol tiene múltiples funciones en el organismo, que incluyen:
- Regulación del metabolismo: Aumenta los niveles de glucosa en sangre al promover la gluconeogénesis en el hígado.
- Respuesta al estrés: Ayuda al cuerpo a reaccionar ante situaciones de estrés, proporcionando energía rápida.
- Control de la inflamación: Suprime la respuesta inflamatoria al inhibir la liberación de sustancias proinflamatorias.
- Mantenimiento del equilibrio hídrico: Regula la retención de agua y electrolitos en el cuerpo.
El cortisol y el estrés

El cortisol es conocido como la hormona del estrés porque su producción aumenta en situaciones de tensión. Cuando una persona enfrenta un estresor, el sistema nervioso simpático se activa, lo que desencadena una serie de respuestas hormonales que preparan al cuerpo para reaccionar.
Efectos del estrés crónico
Aunque el cortisol es esencial para la supervivencia, niveles elevados de esta hormona de manera crónica pueden tener efectos perjudiciales en la salud. El estrés prolongado puede llevar a un aumento en la producción de cortisol, lo que a su vez puede contribuir a problemas de salud como:
- Aumento de peso: Especialmente en la zona abdominal.
- Problemas de sueño: Dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo.
- Alteraciones del estado de ánimo: Ansiedad, irritabilidad y depresión.
Estrategias para manejar el estrés
Para mantener niveles saludables de cortisol, es importante implementar estrategias efectivas para manejar el estrés. Algunas recomendaciones incluyen:
- Ejercicio regular: La actividad física ayuda a reducir el estrés y a regular los niveles hormonales.
- Técnicas de relajación: La meditación, el yoga y la respiración profunda pueden ser útiles.
- Alimentación equilibrada: Una dieta rica en nutrientes puede ayudar a mantener el equilibrio hormonal.
Niveles de cortisol en el cuerpo
Los niveles de cortisol varían a lo largo del día, siguiendo un patrón circadiano. Generalmente, los niveles son más altos por la mañana y disminuyen a lo largo del día. Sin embargo, diversos factores pueden alterar esta producción, incluyendo:
- Trastornos de salud: Enfermedades como la diabetes o trastornos autoinmunitarios pueden afectar la producción de cortisol.
- Estilo de vida: El consumo excesivo de alcohol, la falta de sueño y una dieta poco saludable pueden influir en los niveles de esta hormona.
Valores normales de cortisol
Los niveles de cortisol se miden en microgramos por decilitro (mcg/dL) y pueden variar según la hora del día. Por lo general, los valores normales son:
- Mañana: 5 a 25 mcg/dL
- Tarde: 3 a 16 mcg/dL
Problemas relacionados con el cortisol
Tanto el exceso como la deficiencia de cortisol pueden provocar problemas de salud significativos.
Exceso de cortisol

El exceso de cortisol puede ser causado por condiciones como el síndrome de Cushing, que se caracteriza por:
- Aumento de peso: Especialmente en la cara y el abdomen.
- Fatiga: Sensación de cansancio constante.
- Problemas de concentración: Dificultades para mantener la atención.
Deficiencia de cortisol

Por otro lado, la deficiencia de cortisol puede resultar de enfermedades como la enfermedad de Addison, que puede causar:
- Cansancio extremo: Fatiga severa y debilidad muscular.
- Náuseas y vómitos: Problemas gastrointestinales.
- Cambios en la piel: Oscurecimiento de la piel en ciertas áreas.
Mitos sobre el cortisol
Existen muchos mitos en torno al cortisol y su relación con la salud. Uno de los más comunes es la idea de la «fatiga suprarrenal», que sugiere que el estrés prolongado puede agotar las glándulas suprarrenales. Sin embargo, los expertos han señalado que esta condición no está respaldada por evidencia científica sólida.
La realidad sobre la fatiga suprarrenal
La fatiga suprarrenal es un término que ha ganado popularidad en círculos de salud alternativa, pero no se considera un diagnóstico médico reconocido. La mayoría de los endocrinólogos coinciden en que las glándulas suprarrenales son altamente resilientes y no se «agotan» de la misma manera que se sugiere en estos mitos.
Conclusiones
El cortisol es una hormona vital que desempeña un papel crucial en la regulación de diversas funciones corporales, especialmente en la respuesta al estrés. Aunque es esencial para la supervivencia, es importante mantener sus niveles dentro de un rango saludable para evitar problemas de salud a largo plazo. La implementación de estrategias efectivas para manejar el estrés y un estilo de vida saludable son fundamentales para mantener el equilibrio hormonal.
Si experimentas síntomas que puedan estar relacionados con desequilibrios en los niveles de cortisol, es recomendable consultar a un profesional de la salud para una evaluación adecuada y orientación. La comprensión del cortisol y su impacto en el cuerpo puede ayudarte a tomar decisiones informadas sobre tu salud y bienestar.