El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. (2 Samuel 22:2)
¿Recuerdas momentos en los que Dios obró de una forma maravillosa? Como David, puedes fortalecer tu fe al recordar la obra de Dios en tu vida a lo largo de los años. Recuerda cómo él manifestó su poder entonces, cómo te protegió y te ayudó. Hoy también puedes sentirte firme y seguro en Dios: él es tu roca y en él te puedes refugiar.