La crisis migratoria en Los Ángeles alcanzó un punto crítico cuando decenas de manifestantes salieron a las calles del centro para protestar contra las duras medidas de inmigración implementadas por el gobierno de Donald Trump.
Redacción.-Durante estas manifestaciones, 45 personas fueron detenidas por agentes del ICE en una sola jornada, sin contar con órdenes judiciales que respaldaran estas acciones. Sin duda, estas redadas representan una de las principales causas de la crisis migratoria que estamos viviendo en nuestra ciudad.
Desde el inicio de la administración Trump en enero de este año, hemos presenciado cómo el ICE ha llevado a cabo operativos en varias ciudades consideradas santuario para inmigrantes indocumentados. Además, los métodos utilizados por esta agencia han incluido camiones blindados y agentes fuertemente armados, creando consecuentemente un ambiente de terror en nuestras comunidades. Como resultado, incluso la alcaldesa Karen Bass ha denunciado que estas tácticas «siembran el terror» y perturban los principios básicos de seguridad en la ciudad.
Miles protestan contra redadas del ICE en el centro de Los Ángeles
El pasado viernes, miles de manifestantes inundaron las calles del centro de Los Ángeles tras conocerse que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) había realizado al menos 44 detenciones de inmigrantes en diversos operativos. Como resultado de estas acciones, aproximadamente 1.000 manifestantes se congregaron frente al centro federal de detención migratoria.
Durante estas manifestaciones, los participantes corearon lemas como «Si vienen por uno, vienen por todos» y «Saquen al ICE de la ciudad ahora», mientras ondeaban banderas de Estados Unidos, México, Guatemala y El Salvador. Las protestas alcanzaron su punto más crítico el domingo, cuando la multitud bloqueó una autopista principal e incendió varios vehículos.
Asimismo, las autoridades respondieron con medidas contundentes. La policía utilizó gas lacrimógeno, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes. «Por la presente declaro que esta reunión es ilegal, todas las personas deben dispersarse inmediatamente, de lo contrario serán arrestadas», amenazaba un policía en español desde una patrulla.
Además, estos disturbios provocaron que el presidente Trump ordenara el envío de 2.000 uniformados para ayudar a «restaurar la ley y el orden» en la metrópolis californiana. Esta decisión indignó al gobernador demócrata Gavin Newsom, quien calificó la movilización de la Guardia Nacional como una «toma ilegal».
Sin embargo, las protestas no se limitaron a Los Ángeles. De hecho, manifestaciones similares surgieron en otras ciudades estadounidenses, incluyendo Nueva York, Filadelfia, Austin, Atlanta, Seattle, Dallas y Louisville. En estas demostraciones, los participantes expresaron su solidaridad con las comunidades inmigrantes.
Como resultado de los enfrentamientos, se reportaron 27 personas arrestadas el domingo en el centro de Los Ángeles, elevando el número total de detenciones durante el fin de semana a 56. Entre los presuntos delitos imputados a los manifestantes figuran el lanzamiento de cócteles Molotov contra agentes y ataques a oficiales.

Operativos del ICE desatan temor en comunidades migrantes
Los operativos de ICE han sembrado un profundo temor en las comunidades migrantes de Los Ángeles. De acuerdo con testimonios recogidos, agentes vestidos con uniformes camuflados y apoyados por vehículos blindados realizaron arrestos principalmente en zonas hispanas del centro de la ciudad, utilizando incluso gases para dispersar a quienes intentaban impedir las detenciones.
«Lo que estamos viendo es un ataque coordinado armado y terrorista, y no estoy exagerando con los calificativos porque esto lo que pretende es crear terror al arrestar trabajadores», señaló Ron Góchez, director de Unión del Barrio. Esta organización ha estado alertando a la comunidad mediante mensajes de texto: «Alerta la migra está por todos Los Ángeles este viernes».
Por otra parte, Angélica Salas, directora de CHIRLA, confirmó que al menos 45 inmigrantes fueron detenidos en una sola jornada. Sin embargo, la cifra podría ser mayor, ya que se espera que los operativos continúen por al menos 30 días, según advirtió la congresista Nanette Barragán.
Asimismo, estos operativos no se limitan a lugares de trabajo. De hecho, se han reportado redadas cerca de escuelas, lo que ha provocado que padres reciban avisos sobre posibles actividades de agentes migratorios cerca de centros educativos. «No puedo enfatizar lo suficiente el nivel de miedo y terror que hay en los angelinos ahora mismo, sin saber si mañana o esta noche podría ser donde viven, podría ser su lugar de trabajo, si deberían enviar a sus hijos a la escuela o si deberían ir a trabajar», expresó la alcaldesa Karen Bass.
En consecuencia, activistas recomiendan a personas indocumentadas resguardarse: «Ahorita hay actividad de ICE por toda la ciudad y sus alrededores, no queremos causar más terror pero tenemos la responsabilidad de informar… recomendamos a nuestra gente ‘sin papeles’ de resguardarse en casa y no abrir la puerta a desconocidos».
Mientras tanto, cerca de 951,000 habitantes en el condado de Los Ángeles no tienen estatus legal, lo que los coloca en una situación extremadamente vulnerable ante estos operativos que, según fuentes, buscan alcanzar la cifra de 3,000 detenciones diarias.
Autoridades locales y activistas condenan las acciones
Ante la intensificación de la crisis migratoria, diversas autoridades locales han expresado su firme rechazo a las acciones del ICE. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, instó a los manifestantes a mantener la calma, aunque advirtió que quienes participen en actos violentos serán arrestados. «No puedo enfatizar lo suficiente el nivel de miedo y terror que hay en los angelinos ahora mismo», declaró Bass durante una conferencia de prensa, señalando que muchos temen enviar a sus hijos a la escuela o ir a trabajar.
Por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, calificó la intervención federal como un «paso inconstitucional» y presentó una demanda contra la Administración Trump por desplegar la Guardia Nacional sin su consentimiento. «No teníamos ningún problema hasta que Trump intervino. Esto constituye una grave violación de la soberanía estatal», afirmó Newsom, exigiendo formalmente que se anule lo que denominó «despliegue ilegal de tropas».
Además, el fiscal general del estado, Rob Bonta, fue contundente: «No tomamos a la ligera el abuso de autoridad del presidente y la movilización ilegal de tropas de la Guardia Nacional de California». La congresista demócrata Nanette Barragan también criticó la decisión presidencial argumentando que las fuerzas locales tienen recursos adecuados para responder. «No necesitamos ayuda. Él está intensificando la situación, provocando un aumento de la tensión».
Mientras tanto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, manifestó su desacuerdo con las redadas y exigió soluciones: «No es con redadas ni con violencia que se debe atender el tema migratorio, es sentándonos a trabajar en una reforma migratoria integral». También expresó preocupación por los 35 mexicanos detenidos durante los operativos.
El arresto de David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios, durante las protestas generó indignación adicional. Huerta, quien fue liberado bajo fianza el lunes, había sido detenido mientras defendía pacíficamente los derechos de los migrantes.
No obstante, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) condenó las protestas, acusando a «políticos demócratas como Hakeem Jeffries, el alcalde Wu de Boston, Tim Walz y la alcaldesa Bass» de contribuir «al aumento de las agresiones contra nuestros agentes del ICE mediante su reiterada difamación».
Conclusión
La crisis migratoria en Los Ángeles ciertamente ha alcanzado niveles alarmantes. Miles de manifestantes, motivados por la indignación ante las redadas del ICE, paralizaron el centro de la ciudad, demostrando así el profundo impacto que estas operaciones tienen en nuestras comunidades. Aunque las protestas comenzaron pacíficamente, posteriormente derivaron en enfrentamientos violentos que resultaron en decenas de arrestos y daños materiales significativos.
Las acciones del ICE, sin duda, han sembrado terror entre los casi un millón de residentes indocumentados del condado. Estos operativos, caracterizados por agentes fuertemente armados y vehículos blindados, reflejan claramente la dura política migratoria implementada desde la Casa Blanca. Líderes locales como la alcaldesa Karen Bass y el gobernador Newsom han denunciado enérgicamente estas tácticas, calificándolas de inconstitucionales e innecesariamente agresivas.
Debemos recordar que detrás de cada cifra hay historias humanas. Padres temen enviar a sus hijos a la escuela, trabajadores dudan en acudir a sus empleos, familias enteras viven bajo constante amenaza. Paralelamente, la respuesta federal de enviar 2,000 uniformados adicionales ha sido vista como una provocación más que como una solución.
Las protestas en Los Ángeles, lejos de ser un fenómeno aislado, forman parte de un movimiento nacional. Ciudades como Nueva York, Filadelfia y Austin también han presenciado manifestaciones similares, evidenciando así que la crisis migratoria trasciende fronteras locales y se convierte en un asunto de relevancia nacional.
Esta situación nos obliga a preguntarnos: ¿qué tipo de sociedad queremos construir? Las palabras de la presidenta mexicana Sheinbaum resuenan con particular fuerza al señalar que la solución no radica en redadas ni violencia, sino en una reforma migratoria integral. El camino hacia adelante requiere diálogo, comprensión y respeto por los derechos humanos básicos de todas las personas, independientemente de su estatus migratorio.