Según la acusación federal, Rocha llevó a cabo actividades secretas durante aproximadamente cuarenta años como «agente del Gobierno de la República de Cuba».
Por Maholi Albuez
Miami.-El exdiplomático de alto nivel estadounidense, Víctor Manuel Rocha, se encuentra en el centro de la atención judicial al enfrentar 15 cargos criminales en una corte de Miami, Florida. La acusación, publicada en el sistema judicial de EE.UU., incluye delitos como espionaje a favor de Cuba y fraude electrónico, según informó un Gran Jurado en las últimas horas.
Rocha, de 73 años, compareció en una audiencia programada para este miércoles en un tribunal de Miami, siendo esta la segunda en el proceso desde su arresto el pasado 1 de diciembre. Sin embargo, el juez Edwin G. Torre pospuso la audiencia para el próximo martes 12 de diciembre.
En esta próxima comparecencia, se formalizarán todos los cargos contra el exdiplomático, ciudadano estadounidense desde 1978. Entre los delitos imputados, se destacan «actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero (Cuba)», conspiración para dicho crimen, y «defraudar a Estados Unidos».
Además, Rocha enfrenta cinco cargos por fraude electrónico, tres por «hacer una declaración falsa en una solicitud de pasaporte», cuatro por «uso de un pasaporte obtenido mediante una declaración falsa», y uno por «declaraciones y representaciones falsas», de acuerdo con el documento de la acusación.
Según la acusación federal, Rocha llevó a cabo actividades secretas durante aproximadamente cuarenta años como «agente del Gobierno de la República de Cuba». Durante su carrera, que abarcó desde 1981 hasta 2002, ocupó diversos cargos en embajadas estadounidenses en República Dominicana, Honduras, México y Argentina mientras trabajaba para el Departamento de Estado.
El arresto de Rocha se produjo en Miami después de que confesara sus actividades a un agente del FBI que se hizo pasar por otro espía cubano. Según el escrito de acusación, entre 2022 y 2023, se llevaron a cabo tres reuniones grabadas entre Rocha y un agente especial del FBI que se hizo pasar por «Miguel», un representante de la Dirección General de Inteligencia de Cuba. Durante estos encuentros en español, el exdiplomático expresó repetidamente que Estados Unidos era «el enemigo» y confesó que su principal preocupación durante su servicio en el Departamento de Estado fue «fortalecer la Revolución» cubana.
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