SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Varias bombas lacrimógenas fueron lanzadas para tratar de dispersar a los grupos sociales que protestan frente a la Junta Central Electoral, quienes solicitan que se le dé una explicación sobre los acontecimientos que causaron la suspensión de las elecciones municipales del pasado 16 de febrero.
A pesar del estallido de tres bombas lacrimógenas, en demanda de la destitución de los miembros de la Junta Central Electoral, los manifestantes se mantuvieron en los alrededores.
La institución, que condenó la agresión contra los manifestantes, había aceptado horas antes la solicitud de los partidos de oposición para convocar a vistas públicas sobre la organización de las elecciones extraordinarias y pidió a la OEA mantener a sus observadores internacionales hasta que concluya ese proceso.
El organismo electoral también pidió de apoyo de organismos internacionales para investigar el fallo del voto automatizado que originó la suspensión de las elecciones.
Video íntegro:
Además de la investigación y el sometimiento de los culpables, solicitan la destitución del procurador.
En la Plaza de la Bandera de la capital, frente a la cual se ubica la sede de la JCE, resonaban las bocinas y cacerolas de los manifestantes, mucho más numerosos que en la víspera, cuando tuvo lugar una primera manifestación, con decenas de jóvenes que se pusieron de acuerdo para vestirse de negro.
“Los jóvenes nos estamos despertando y nos estamos dando cuenta de que vale la pena levantar la voz, porque nuestra voz tiene que ser escuchada”, dijo una de las organizadoras de la marcha, Yamilet Hazim.
A pesar de que un fuerte aguacero comenzó a caer, los manifestantes estos se mantuvieron firmes frente a la sede de la autoridad electoral, coreando “esa lluvia no me hace ‘na’ porque mi patria vale más” y animados por muchos conductores que, al pasar frente a ellos, hacían sonar las bocinas de sus vehículos.
A medio camino entre lo reivindicativo y lo festivo, los jóvenes, cada vez más numerosos con el paso de las horas, gritaban consignas como “el pueblo unido jamás será vencido” o “fuera, fuera” y portaban carteles con críticas al organismo electoral y a los políticos.
Las elecciones fueron suspendidas por orden de la JCE cuatro horas después del inicio de las votaciones por un fallo generalizado en la mayoría de las máquinas de votación, que no mostraban a todos los candidatos en la pantalla.
Un día después, este lunes, la JCE convocó elecciones extraordinarias para el 15 de marzo próximo y decidió que la votación sea manual, relegando así el polémico sistema automatizado, que se utilizaba por primera vez, aunque de forma parcial, con el objetivo de acelerar el recuento.
Catorce partidos de oposición se unieron hoy para criticar que el ente electoral no les haya consultado previamente para decidir la fecha de los nuevos comicios.
La autoridad electoral, asimismo, solicitó este martes ayuda a la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) y a la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES, por sus siglas en inglés) para realizar la investigación de los fallos técnicos en el sistema de voto automatizado.
De forma paralela, la Policía anunció hoy que investiga a un oficial de ese cuerpo y a un técnico de una empresa telefónica por su supuesta implicación en el “sabotaje” de las elecciones municipales.
Los detenidos son Ramón Antonio Guzmán Peralta, un coronel asignado a la seguridad del candidato presidencial opositor Luis Abinader, y Manuel Antonio Regalado Martínez, técnico de la telefónica Claro.
El oficialismo y la oposición se han acusado mutuamente de lo sucedido el día de las elecciones, que son determinantes de cara a los comicios presidenciales y legislativos de mayo próximo.
Por: Noticias SIN
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