Por: Patricia Chirinos
El pasado 15 de junio, el joven Christopher Williamson de Georgia, EEUU, invirtió 20 dólares en la criptomoneda Rocket Bunny sin imaginar lo que le esperaba.
Al día siguiente de su inversión, los 20$ valían 1.4 billones de dólares. Christopher quedó estupefacto por lo que intentó vender esos activos pero no podía mover el dinero a otra cartera digital, así contactó a los representantes de Coinbase.
Esta plataforma de compra y venta de criptomoneda fue la que él usó para invertir en Rocket Bunny.
«Voy a necesitar que alguien me explique qué diablos está pasando y me envíe un cheque. Tengo un megayate con forma de pingüino esperándome», escribió en un tuit dirigido tanto a la cuenta oficial de Coinbase como a la de Rocket Bunny.
En un correo electrónico enviado después a Coinbase el chico ‘multimillonario’ aseguró al equipo de la plataforma que si se decidían a pagarle, los invitaría a todos a su megayate, cuya construcción pensaba encargar con forma de pingüino.
¡Fue un error de visualización del saldo!
Sin embargo, todo parece haberse quedado en un ‘cibersueño’. «El pingüinoyate puede que tenga que esperar», le respondieron desde Coinbase dos días después, señalando que se trató de un «error de visualización» que trataban de solucionar y que no reflejaba la cotización real de la criptomoneda.
El lunes, le notificaron que el valor de su inversión en Rocket Bunny se habían multiplicado hasta los 173 billones de dólares, pero Williamson no podía realizar ninguna operación, porque su cuenta quedó temporalmente congelada mientras el equipo técnico trabajaba en su caso.
Christopher denunció que Coinbase le respondió solo después de que su historia recibiera una amplia cobertura mediática y que, por mucho que lo intentara, no podía mover su Rocket Bunny para convertirlo en Ethereum.
«Pude mover Ethereum, pero cada vez que intento mover la criptomoneda Rocket Bunny funciona mal y no me deja hacerlo. Otra vez ninguna ayuda de Coinbase. Es como si me hubieran puesto en la lista negra», comentó Williamson.
El joven está a la espera de su dinero, pero se cual sea el desenlace, Christopher algún contará a sus nietos que por unos días fue un multimillonario y estuvo a punto estuvo de poder comprarse un yate gigante con forma de pingüino.
Fuente alterna: RT
