Madrid, España | AFP
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, manifestó este viernes un «moderado optimismo» sobre la permanencia del argentino Lionel Messi en el Barcelona a la vez que sembró dudas sobre la continuidad del entrenador holandés Ronald Koeman.
«El nuevo contrato con Messi va bien, pero no está hecho aún y hay que seguir para que se haga», señaló Laporta en su primera rueda de prensa desde que asumió la presidencia en marzo.
El contrato de Messi termina a finales de junio y su futuro es una incógnita especialmente desde que, a principios de la temporada recién terminada, protagonizara un pulso con la anterior junta directiva de Josep Maria Bartomeu para abandonar el club.
Laporta, que mantiene una buena relación con el argentino desde su primer mandato como presidente (2003-2010), confía en que el traspaso de poderes facilite una renovación, aunque reconoció que la oferta del club estará condicionada por sus dificultades económicas.
«Estamos intentando plantear una propuesta que, dentro de las posibilidades del club, la acepte el jugador», indicó el presidente, subrayando que la permanencia del argentino «no es un tema de dinero, es un tema de hacer un equipo con posibilidades de ganarlo todo».
«Él quiere que el Barça piense en grande. Quiere experiencia contrastada, éxito contrastado, otra motivación, otra exigencia. Y conmigo de presidente y esta junta directiva, la tiene. La percepción de Leo es esta y por eso nos está ayudando», añadió.
Largas a Koeman
El mensaje optimista vertido sobre Messi contrastó con las dudas sembradas acerca del actual entrenador Ronald Koeman, con quien Laporta ha estado hablando esta semana tras un decepcionante final de temporada en el que el Barcelona no pudo competir por el título de Liga.
El holandés, héroe del club como autor del gol que permitió a los azulgranas ganar su primera Liga de Campeones en 1992, tiene otro año de contrato, pero la prensa indica desde hace días que el presidente prefiere buscar otras opciones.
«Siempre hemos actuado con el máximo respeto hacia Ronald Koeman», indicó Laporta.
«Es un entrenador que cuando llegamos ya estaba y tiene un año más de contrato. Estamos en conversaciones lógicas y normales para aproximar posturas y compartir lo que queremos para la próxima temporada», añadió.
También te puede interesar:
Resumen MLB: Javier Báez aporta la magia; Yermín Mercedes, el trueno de su bate
En el primer año de Koeman, el Barcelona ganó la Copa del Rey, pero quedó eliminado en octavos de la Liga de Campeones ante el París SG y encadenó varios tropiezos inesperados en las últimas jornadas que lo apartaron de la lucha por la Liga.
Y en cuanto a juego, aunque renovó parcialmente la plantilla con jugadores como Frenkie de Jong, Pedri, Óscar Mingueza o Ronald Araujo, el rendimiento fue irregular y con estilo demasiado conservador para el gusto de la afición azulgrana.
En este sentido, Laporta insistió en varias ocasiones en que en el Barcelona «no hay temporadas de transición». «Hemos emplazado a Ronald Koeman para vernos la próxima semana. Estamos en estas conversaciones y el primero que sabrá cuál es nuestra decisión es Ronald», añadió.
‘No vamos a pedir perdón’
El presidente defendió también que el club mantenía junto a Real Madrid y Juventus su compromiso con el proyecto de la Superliga Europea pese a la renuncia de nueve de sus doce clubes fundadores.
«Era importante que el Barça estuviera en esta nueva competición. El Barça no puede dar la espalda a los movimientos que haya en el mundo del fútbol», argumentó.
Y en referencia a las amenazas de la UEFA de multar a los tres clubes disidentes, el presidente fue desafiante: «No vamos a pedir perdón por pensar ni vamos a pagar una sanción que no tiene justificación. Si nos sancionan, iremos al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo)».
También justificó la decisión por la «delicada» situación financiera del club, con una deuda de 1.200 millones de euros (USD 1.460 millones), que limitará la actividad en la ventana de mercado en la que el club apostará por intercambios y cesiones.
Según él, la situación estará más clara cuando terminen en julio la auditoría interna, aunque las primeras conclusiones son «preocupantes» y «sorprendentes».
© Agence France-Presse / Color visión