[adace-ad id=»89127″]
El confinamiento y la falta de interacción social están teniendo un gran impacto en los niños.
En el desarrollo del cerebro existe una interacción compleja entre los genes y el ambiente que rodea a la persona.
Dicho desarrollo comienza poco después de la concepción y continúa hasta la edad adulta.
El desarrollo social cognitivo inicia los primeros años de vida, en los cuales el niño comienza a entender y comprender lo que piensan los demás.
Una herramienta fundamental para este proceso es el juego, ya que implica contacto físico y desarrollo de amistades.
A su vez, esto trae como consecuencia un aprendizaje para el manejo de las emociones.
Hoy en día, debido a la pandemia, muchos niños han dejado de asistir a la escuela y la mayoría de las personas han disminuido su interacción social.
Los niños en la escuela desarrollan habilidades sociales como la empatía, el compartir, desarrollo del lenguaje, la resolución de problemas, entre otras.
Es por esto que la interacción social cumple un papel fundamental en la respuesta emocional y conductal tanto de los niños como de los adultos.
Los niños que pueden verse más afectados son aquellos niños tímidos o ansiosos y aquellos que poseen algún trastorno del neurodesarrollo como TEA.
La recomendación para los padres es asegurarse de encontrar un espacio dentro de la rutina diaria del niño en la que éste pueda jugar e interactuar con otros niños una vez termine el confinamiento.
Mientras tanto también pudiesen planificar encuentros sociales con amigos y compañeros cercanos siempre que ambas partes cumplan con las normas de bioseguridad.
Esta recomandación no sólo aplica para los niños sino también para los adultos, ya que la soledad afecta a todas las edades y es perjudicial para la salud.
El teletrabajo y los dolores que causa
Síguenos en nuestro Facebook.
[adace-ad id=»89127″]