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viernes 22 noviembre 2024

El mundo celebra una Navidad particular en tiempos de confinamiento

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Millones de personas celebraban este viernes unas insólitas y desangeladas Navidades, empañadas por restricciones impuestas en muchos países para luchar contra la pandemia, cuando lo que se necesita «más que nunca» es la fraternidad, según el papa.

«En este momento de la historia, marcado por la crisis ecológica y por los graves desequilibrios económicos y sociales, agravados por la pandemia del coronavirus, necesitamos más que nunca la fraternidad», declaró Francisco en su discurso navideño.

«Y esto es válido también para las relaciones entre pueblos y naciones», señaló.

«Este llamado a la solidaridad se aplica especialmente con las personas más frágiles, los enfermos y todos aquellos que en este momento se encuentran sin trabajo o en graves dificultades por las consecuencias económicas de la pandemia, así como con las mujeres que en estos meses de confinamiento han sufrido violencia doméstica», añadió.

Covid-19 ha matado a más de 1,7 millones de personas en el mundo y los focos de contagios que siguen surgiendo revelan que, pese a las primeras vacunas, la vida no volverá rápidamente a la normalidad.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró en un mensaje de video que «las vacunas ofrecen al mundo una salida para esta tragedia», no obstante, «llevará tiempo». 

Tedros elogió los «conmovedores sacrificios» que millones de personas realizan al mantenerse alejadas de sus seres queridos durante la Navidad».

En este sentido, el papa Francisco lanzó un llamado para que «las vacunas sean para todos, especialmente para los más vulnerables». «Las leyes del mercado y las patentes» no tienen que estar por encima de la «salud de la humanidad», dijo en su discurso navideño.

En Europa, una nueva cepa del coronavirus supuestamente de más rápida propagación surgió en Gran Bretaña.

Así, en su discurso navideño, la reina Isabel II, de 94 años, dijo que «para muchos, este año quedará marcado por la tristeza: algunos lloran la pérdida de un ser querido, amigos y familiares sienten falta de otros, en tanto que para Navidad quisieran un simple abrazo o un apretón de manos (…) Si éste es su caso, usted no está solo».

Este viernes el Viejo Continente superó los 25 millones de casos confirmados. La semana pasada, Europa se convirtió en la primera región del mundo con más de 500.000 muertes por covid-19.

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Italia impuso la víspera nuevas restricciones contra covid-19 durante el período navideño y Año Nuevo. Es el país europeo más afectado, con casi 71.000 muertos y más de dos millones de contagios.

Las iglesias se encontraban prácticamente vacías en Corea del Sur y los fieles se congregaron online. 

En Filipinas, país de mayoría católica, los servicios religiosos se vieron afectados por un terremoto de magnitud 6,3, culminando una jornada con prohibición de reuniones y canto de villancicos.

Tambores y gaitas en Belén

En la Basílica de la Natividad de Belén, núcleo del mundo cristiano en Nochebuena, un puñado de fieles y clérigos celebraron la misa de Gallo a medianoche, buscando un poco de «luz» tras un año de «tinieblas».

En la capilla aledaña a la basílica, en general saturada en Nochebuena, las autoridades religiosas sólo permitieron acceder a algunos invitados.

«No se pueden dar la mano pero pueden desearse paz», dijo al finalizar la misa el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa.

En Estados Unidos, donde el covid-19 sigue causando estragos con casi 3.300 muertos y 223.000 casos confirmados en 24 horas, la Nochebuena estuvo marcada por la pandemia. 

En su club en Mar-a-Lago, Florida, el presidente saliente Donald Trump, tuiteó sus deseos de fin de año. Junto a su mujer Melania, Trump elogió el «milagro navideño» del inicio de la campaña de vacunación, que ya ha permitido administrar una primera dosis a un millón de estadounidenses, según autoridades. 

«Triste año»

Australia, que este año fue destacada como ejemplo de buena gestión sanitaria, se enfrenta actualmente a un repunte de casos en el norte de Sídney, cuyos habitantes sólo podrán invitar a diez adultos para Navidad, o cinco en «el epicentro» del foco de contagios.

En el noreste de Siria, controlado por los kurdos, los habitantes ignoraron la pandemia y asistieron a una ceremonia de iluminación de un abeto en un barrio cristiano, bajo control de fuerzas de seguridad.

Alemania canceló sus tradicionales mercados navideños, en tanto en Kuwáit, las iglesias permanecerán cerradas hasta el 10 de enero, pese a contar con una considerable comunidad cristiana. 

Ante el repunte de la pandemia en Brasil (el segundo país más enlutado del mundo con casi 190.000 muertos, por detrás de Estados Unidos), el alcalde de Río de Janeiro prohibirá la noche del 31 de diciembre el acceso al barrio de la famosa playa de Copacabana, para evitar aglomeraciones.

Por ahora, Sídney aún prevé recibir a 2021 con su famoso espectáculo de fuegos artificiales. 

© Agence France-Presse / Color Visión

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