El Informe. Transmitido por Color visión en vivo
[adace-ad id=»89127″]
Por: Luz Colmenares / Color visión
Un año después de que se anunciara el primer caso positivo de COVID 19 en el país, al menos 3100 dominicanos han perdido la batalla contra la enfermedad. En algunas familias, la muerte ha tocado a la puerta en varias ocasiones; y hasta hoy, experimentan un vacío difícil de llenar.
Inicios de la pandemia
El italiano Claudio Pascualini, de 62 años, se convirtió en el primer caso confirmado de COVID 19 en el país. Tras su presentación a los medios desde el Hospital Ramón de Lara, el 01 de marzo de 2020, comenzó una batalla para la que nadie estaba preparado.
Desde la perspectiva de los galenos, los primeros pacientes con manifestaciones de la enfermedad, quienes presentaban síntomas similares y pruebas tomográficas atípicas, fueron notificados a salud pública y dada la voz de alerta como era el protocolo.
Por su parte, la desinformación de la enfermedad y la poca preparación de los centros de salud en cuanto al virus, la lista de espera para el acceso a la prueba, y el costo de realización de las mismas en laboratorios privados; puso de manifiesto una discrepancia entre los casos reportados por salud pública y la información manejada por los médicos que estaban frente a la pandemia.
Por otro lado, la deficiencia que se veía en distintos centros médicos, carentes del equipamiento necesario para atender casos críticos de COVID, agravaba a situación de tensión y desesperanza que embargo a la nación al ver la rápida propagación del virus.
La voz de los familiares
Jacqueline Burgos perdió a su esposo y a su madre a causa del COVID. Con lamento recuerda que en el caso de su esposo, en varias ocasiones lo llevó a centros de salud para ser internado lo cual no consiguió. Tras dos semanas con síntomas, Ubaldo López falleció de camino al hospital. Luego de ello, afectada y con insomnio, Burgos y su familia es internada en un centro de aislamiento. Allí, son aplicadas las pruebas de COVID y permanecieron internos solo los que dieron positivo, uno de ellos era su madre de 95 años; quien, tras una severa dificultad respiratoria fallece 24 días después. De allí que, Burgos y su familia se cambian de residencia, y allí comienzan de cero. En sus palabras dice “es necesario ser humilde, porque yo lo tenía todo y ahora no tengo nada. Todo se derrumbó”.
Por su parte, el ex gobernador Luis Núñez, perdió a su esposa, hermano y cuñado por esta enfermedad. Menciona que el mismo se contagió con el virus en una reunión de trabajo, y al presentarse los síntomas, tanto el cómo su esposa, fueron internados en el Hospital Ramón de Lara; luego de varios intentos por buscar ayuda. Ya estando allí, su esposa María Encarnación, la mujer con quien había compartido 42 años de su vida, fallece por complicaciones en la UCI.
Las voces del milagro
Yudelka Martínez, una joven embarazada de 30 años, y sin comorbilidades, llegó a la emergencia de la Clínica Siglo 21 por tercera vez con síntomas de COVID; y allí se produce su ingreso. Tras dos días en sala regular, es trasladada a UCI por complicaciones y es intubada. Su estadía en esa sala fue de 30 días, tuvieron que desembarazarla allí mismo y vigilar de cerca su caso. Hoy Yudelka expresa que fue una situación muy dura, pero que gracias a los médicos que se esforzaron por cuidar de ella, hoy esta con vida.
Por su parte, el Dr. Garibaldi Dolores, jefe de intensivistas de la misma clínica, fue contagiado con COVID y tuvo un aislamiento domiciliario con atención de su esposa, también médico. Dolores menciona que durante los 40 días que estuvo aislado, oraba porque temía por su vida, por contagiar a sus hijos o a su esposa que estaba embarazada. Tanto el cómo su esposa, se sienten bendecidos por que pudieron ver la protección de Dios en medio de toda esa situación.
De manera similar le sucedió a Waddys Jaquez, actor y director teatral. Jaquez al rememorar todo su proceso puede comprender la misericordia y la bondad de Dios con él. A través de lo que otros le cuentan, y lo poco que recuerda, ha reconstruido la historia que atravesó con dificultad. Jaquez se encontraba en New York, y tras al menos 15 días contagiado, asiste al médico. Allí es internado totalmente descompensado, experimentó una falla multiorgánica que lo puso al borde de la muerte. Pero, tras la atención brindada, fue el único sobreviviente de esa sala de UCI. Al pensar en ello, Jaquez expresa “con todo esto entendí que tenemos que trabajar la intimidad con Dios y ejercitar el amor. Dios es tu amigo, tu confidente y está allí cuando las cosas están bien y cuando no. Entendí que el hombre es un ser frágil, y que necesitamos siempre recordar de donde nos sacó Dios”.
El caso del Dr. Antonio Cruz Jiminián.
El Dr. en medicina, filántropo y empresario dominicano, Antonio Cruz Jiminián, estuvo entre la vida y la muerte a causa del COVID. El Dr. Jiminián comenzó con fiebre, y se auto practicó una prueba de dengue a la que salió positivo. Tras 5 días donde la fiebre empeoraba, se practicó la prueba de COVID y salió positivo. Optó por el aislamiento domiciliario, pero, con las complicaciones presentadas y su bajo nivel de saturación de oxígeno, fue internado.
Estando internado, los especialistas que atendían su caso, dieron la terrible noticia a los familiares de que ya no había nada que hacer por él. Su hijo, también médico, tuvo una experiencia sobrenatural donde vio a una mujer vestida de blanco que le dijo que su padre no moriría, pero que debía convocar a una cadena de oración.
El Dr. Jiminián expresa que en los 12 días que estuvo inconsciente, tuvo una experiencia celestial, afirmando que estuvo en el cielo y habló con Dios; quién le dejó como tarea volver a la vida para predicar el mensaje de arrepentimiento. Con respecto a ello menciona “yo digo que estuve en el cielo, que fue la gloria; pero al despertar aquí llegue al infierno, porque ninguna tortura puede ser más agresiva que la que yo viví cuando desperté, eso fue terrible”.
El llamado tras 12 meses de pandemia
El Dr. Jiminian menciona que luego de este periodo difícil que hemos experimentado, es necesario reconocer la seriedad de la enfermedad; y sobre todo la importancia de vacunarse. Afirma que lo único que puede controlar la enfermedad es la vacuna.
De manera similar, la Dra. Rosina Rodríguez, hace un llamado a seguir la lucha, pues aún hay personas que están en UCI o están muriendo a causa del COVID. Expresa que es necesario cuidarse, vacunarse pero también mantener el uso de las mascarillas y el distanciamiento social. Culmina llamando a la reflexión, pues el COVID 19 vino a cambiar las perspectivas, a abandonar lo banal y valorar lo importante: el trabajo en equipo, el amor, la familia; pero sobre todo la confianza en Dios.
No olvides seguirnos en Instagram.
[adace-ad id=»89127″]