REDACCIÓN INTERNACIONAL.- “Es mágico y bastante asombroso”, calificó la duquesa de Sussex al bebé real nacido el lunes, en la primera comparecencia ante los medios del recién nacido, el octavo bisnieto de Isabel II y séptimo en la línea de sucesión al trono británico.
El bebé, que pesó 3,3 kilos y que aún no tiene nombre, es el primer hijo de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, y el cuarto nieto del príncipe Carlos, heredero de la corona británica.Reproductor de vídeo
“Tengo a los dos mejores chicos del mundo, estoy realmente feliz”, afirmó la duquesa de Sussex desde el gran salón de San Jorge del castillo de Windsor, a las afueras de Londres.
“Tiene un temperamento muy dulce, es bastante tranquilo”, agregó la antigua actriz estadounidense, a lo que el duque de Sussex añadió, entre risas, que no sabía de quién sacaba esa tranquilidad.
Britain’s Prince Harry and Meghan, Duchess of Sussex are seen with their baby son, who was born on Monday morning, during a photocall in St George’s Hall at Windsor Castle, in Berkshire, Britain May 8, 2019. Dominic Lipinski/Pool via REUTERS
Britain’s Prince Harry and Meghan, Duchess of Sussex are seen with their baby son, who was born on Monday morning, during a photocall in St George’s Hall at Windsor Castle, in Berkshire, Britain May 8, 2019. Dominic Lipinski/Pool via REUTERS
Britain’s Prince Harry and Meghan, Duchess of Sussex are seen with their baby son, who was born on Monday morning, during a photocall in St George’s Hall at Windsor Castle, in Berkshire, Britain May 8, 2019. Dominic Lipinski/Pool via REUTERS
Britain’s Prince Harry and Meghan, Duchess of Sussex are seen with their baby son, who was born on Monday morning, during a photocall in St George’s Hall at Windsor Castle, in Berkshire, Britain May 8, 2019. Dominic Lipinski/Pool via REUTERS
Britain’s Prince Harry and Meghan, Duchess of Sussex are seen with their baby son, who was born on Monday morning, during a photocall in St George’s Hall at Windsor Castle, in Berkshire, Britain May 8, 2019. Dominic Lipinski/Pool via REUTERS
El príncipe Enrique, que intercambiaba miradas con su mujer mientras presentaba al recién nacido a los fotógrafos, resaltó que espera pasar momentos especiales con el niño a medida que crece.
Se espera que la reina Isabel II, de 93 años, y su marido, el duque de Edimburgo, vean hoy al nuevo miembro de la familia real.
Los nombres de Alejandro, Jaime y Arturo son los favoritos de las apuestas, pero también Spencer, Felipe, Carlos y Eduardo.
La popular pareja y su niño viven en Frogmore Cottage, su casa ubicada en los terrenos de Windsor (a las afueras de Londres), que en los últimos meses fue sometida a una extensa renovación.
La llegada de otro bebé a la monarquía británica ha generado una gran atención mediática en el Reino Unido y en el mundo entero.
A diferencia de los duques de Cambridge, los de Sussex han decidido no comparecer ante los medios con el bebé en brazos el mismo día del nacimiento, una señal de que han optado por preservar la intimidad y evitar un gran despliegue de cámaras y fotógrafos.
El pequeño, el primer mestizo que nace en el seno de la familia real dado que la madre lo es, figura como séptimo en la línea sucesoria después de su padre, sus tres primos (Jorge, Carlota y Luis), su tío (Guillermo) y su abuelo (el príncipe Carlos).
El príncipe Enrique y Meghan, una pareja real que hace las cosas a su manera
Con el nacimiento de su primer hijo en privado y lejos de las cámaras, el príncipe Enrique y su esposa, la ex actriz estadounidense Meghan Markle, demostraron una vez más que, aunque representen a una monarquía histórica, están dispuestos a hacer las cosas a su manera.
A diferencia de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, cuyos tres hijos nacieron, como el mismo Enrique, en el ala privada del hospital Saint Mary de Londres, se cree que Meghan ha tenido un parto natural en la residencia de la pareja en Frogmore Cottage, en los terrenos del castillo de Windsor (al oeste de la capital).
Enrique, de 34 años, y Meghan, de 37, decidieron además que no avisarían con antelación, lo que ha evitado el acoso de los medios, y, en lugar del tradicional posado con el recién nacido, presentarán a su bebé “en un par de días”, como y donde ellos quieran -quizás en su cuenta de Instagram-.
En este importante momento de su vida, junto a Meghan estuvo, además de su esposo, su madre, Doria Ragland, la primera allegada de la familia real de raza negra, cuya hija, de padre blanco, ha traído a la monarquía su primer representante mestizo.
El bebé de los duques de Sussex es el octavo bisnieto de la reina Isabel II y séptimo en la línea de sucesión al trono del Reino Unido, lo que da a sus padres cierta libertad para salirse ligeramente del protocolo.
No obstante, el estilo personal de la pareja, que tiene su propia oficina de prensa -encabezada por Sara Latham, que asesoró a Hillary Clinton y Barack Obama en los Estados Unidos-, no deja de suscitar críticas y habladurías entre los medios tradicionalistas.
Durante el embarazado, Meghan fue cuestionada por llevar tacones altos, tocarse demasiado el vientre en actos públicos y por volar a Nueva York para asistir a una costosa “baby shower” o fiesta de celebración del inminente nacimiento con sus amigos famosos.
Precisamente en esa fiesta, según recogió una revista estadounidense, la esposa del príncipe Enrique habría manifestado su intención de criar a su primer hijo con una “aproximación al género fluida”, es decir, sin adjudicarle estereotipos de rol femenino o masculino, lo que fue desmentido por el palacio.
También se ha hablado mucho de las supuestas desavenencias de la protagonista de “Suits” con Catalina, así como de la competitividad entre Enrique y su hermano, lo que pareció verse confirmado cuando la pareja se fue de Londres para instalarse en la residencia de Windsor, que la Reina les regaló tras su enlace.
En la capilla de Saint George del castillo de Windsor se casaron el 19 de mayo de 2018, en una ceremonia también rodeada de polémica porque faltó, en el último momento, el padre de Meghan, Thomas Markle, divorciado de su madre y que vive en México.
La ausencia del antiguo técnico de iluminación, que enfermó repentinamente, fue la primera de una sucesión de controversias con su famosa hija, abonadas por la hermanastra de ésta, Samantha Markle -de un primer matrimonio de Thomas-, que la acusa constantemente de trepa y advenediza.
Tras conocer el nacimiento hoy de su nieto, Thomas Markle envió un sentido mensaje a través del periódico sensacionalista “The Sun”, en el que deseó felicidad a la pareja y al pequeño y deseó que éste “sirva con gracia, dignidad y honor” a la Corona británica.
Hace unos meses, el padre de la duquesa hizo pública en otro diario una misiva que aparentemente le había enviado su hija, en la que ésta lamentaba, entre otras cosas, que no le hubiera comunicado en persona que no iba a asistir a su boda y le reprochaba no haber frenado a Samantha mientras ella era blanco de sus “mentiras viciosas”.
Además de los problemas con su familia, Meghan ha tenido también, de acuerdo con los medios, encontronazos con sus asistentes, dos de las cuales decidieron dejar sus puestos a finales del año pasado por, supuestamente, su fuerte carácter.
Sean realidades o conjeturas, parece claro que Enrique y Meghan, actualmente los miembros más populares de la familia real británica, no se librarán de más ataques en el futuro, no tanto por lo que hagan como por lo que dejen de hacer: cumplir con los deseos y expectativas de los demás.