REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La reina Isabel II, el príncipe Carlos, el príncipe Guillermo y el príncipe Harry se reunirán hoy en Sandringham para llegar a un acuerdo sobre el deseo de los duques de Sussex de abandonar el grueso de sus funciones públicas y empezar a ganar dinero por su cuenta en Norteamérica, donde planean mudarse. Lejos de tratarse de un asunto meramente doméstico, lo que la prensa ha bautizado como Megxit plantea una serie de cuestiones tan intrincadas que incluso está previsto que el gobierno intervenga, dada la repercusión fiscal que tendrá el acuerdo al que lleguen.
1.¿Seguirán trabajando para la reina Isabel II?
La cuestión principal a tratar será hasta qué punto el príncipe Harry y Meghan seguirán formando parte de la casa real. Según anunciaron la semana pasada, su intención es “dar un paso atrás” en sus funciones como royals y empezar a labrarse una carrera profesional propia en Estados o Canadá, pero al mismo tiempo pretenden seguir representando ocasionalmente a la reina Isabel II. Esa vida a caballo entre palacio y el mundo de los negocios, no obstante, ha planteado problemas en el pasado, y el diario The Guardian recordaba la semana pasada cómo los condes de Wessex ya fracasaron al intentar intercalar sus compromisos reales con sus trabajos en el mundo de la televisión y de las relaciones públicas. Acusados de explotar comercialmente su condición de miembros de la familia real, en 2002 finalmente decidieron renunciar a sus profesiones privadas y dedicarse exclusivamente a la agenda del palacio de Buckingham.
Según el diario The Times, Isabel II quiere asegurarse además que los trabajos que realicen los duques de Sussex no dañen la reputación de la familia real, por lo que también tendrán que pactar qué negocios pueden llevar o no a cabo. Preocupa, por ejemplo, las entrevistas que el príncipe Harry y Meghan podrían conceder libremente a los medios de comunicación de quedar completamente al margen de la casa real. Así, The Times recogía este domingo la posibilidad de que la duquesa de Sussex culpe de racismo o sexismo a algunos miembros de la casa Windsor que no la habrían tratado bien.
2.¿Perderán sus títulos nobiliarios?
En el caso de un Megxit duro, esto eso, de que los duques de Sussex tengan que abandonar por completo sus funciones públicas, cabe la posibilidad de que la reina les prive de sus títulos nobiliarios. Con ello, perderían estatus a la hora de explotar su popularidad. La prensa británica, no obstante, coincide en recordar lo mal que se tomaron los ciudadanos que la madre del príncipe Harry perdiera el suyo después de su divorcio, algo que probablemente tenga muy en cuenta Isabel II antes de tomar una decisión tan drástica.
En el caso de que se permita a los duques de Sussex compatibilizar sus profesiones privadas con la agenda de Buckingham, de todos modos, la reunión de hoy tendrá que aclarar de qué manera pueden seguir empleando sus títulos. En este sentido, cabe tener en cuenta el acuerdo al que llegó recientemente la princesa Marta Luisa de Noruega con su padre, el rey Harald: mientras que seguirá siendo princesa cuando represente a la casa real, para promocionar sus conferencias con su novia, el chamán Durek, será Marta Luisa a secas. El príncipe Harry y Meghan Markle, no obstante, ya han registrado la marca “Sussex Royal”, con la que podrían empezar a publicitar charlas o todo tipo de productos de merchandising.
3. ¿Les retirará su paga el príncipe Carlos?
Una cuestión especialmente espinosa que tendrán que resolver las dos partes en la reunión de Sandringham será el de la financiación de los duques de Sussex. En la página web que estrenaron la semana pasada, aclaran que planean renunciar al Sovereign Grant, esto es, al dinero que reciben de las arcas públicas para costear el 5% de los gastos de su oficina. Eso, según consideran, les liberará de la norma que les impide ganar dinero por su cuenta. Sin embargo, no renuncian al dinero con el que el príncipe Carlos sufraga el 95% restante de sus gastos, cantidad que no procede de los contribuyentes británicos sino del ducado de Cornualles, pero que según The Times el heredero al trono británico les habría amenazado con quitarles. Bob Morris, un experto en derecho constitucionalista citado por este mismo periódico, opina que este dinero será visto de todos modos por los ciudadanos como dinero público, por lo que en el caso de que los duques de Sussex dejen de desempeñar un rol oficial será polémico que el príncipe Carlos se lo siga pagando.
4. ¿Quién pagará su seguridad?
Tampoco quieren perder Meghan Markle y el príncipe Harry la financiación de su seguridad, estimada en un coste de un millón de libras al año. Esa cantidad, no obstante, podría incrementarse notablemente si, tal y como es su deseo, se mudan a Canadá, caso que además supondrá que sean los contribuyentes canadienses quienes tengan que financiarla. En el caso de que los duques de Sussex no vayan a desempeñar allí ningún tipo de rol oficial, los canadienses podrían no estar conformes con esta medida. “Si el príncipe Harry y Meghan se mudan aquí y viven como ciudadanos semi-privados, podrían tener que costearse ellos mismos su seguridad”, cita el diario The Times a un miembro de la federación de contribuyentes canadienses.
5. ¿Seguirán viviendo en Frogmore Cottage?
Otra cuestión que se tratará en la reunión de Sandringham tiene que ver con Frogmore Cottage, la casa que Isabel II cedió a los duques de Sussex en Windsor después de su boda en mayo de 2018. Según anunciaron Harry y Meghan la semana pasada, su deseo es que esta siga siendo su residencia oficial en Reino Unido. Sin embargo, matizaron que para ello tendrán que contar “con el permiso de la reina”, por lo que depende de esta que sigan o no disfrutando de ella.
Lo polémico en este caso es que los contribuyentes británicos pagaron cerca de dos millones y medio de libras para reformar la vivienda, por lo que la reina podría optar por quitársela o pedirles que comiencen a pagar por ella una renta de alquiler para compensar ese gasto. Qué parte del año pasen a partir de ahora los duques de Sussex en Reino Unido, por otro lado, repercutirá en los impuestos que tendrán que pagar. Si al año viven 183 días o más en Canadá, tendrán que pagarlos a la hacienda canadiense por el total del dinero que reciban o ganen, mientras que en Reino Unido ese tiempo se reduce a 90 días. Según la prensa británica, el príncipe Harry y Meghan se arriesgan por tanto a un doble pago de impuestos. Meghan, por otro lado, perdería la posibilidad de adquirir la nacionalidad británica, ya que para obtenerla Reino Unido exige que no se resida fuera del país más de 90 días al año.
Por: Noticias SIN