El Informe. Transmitido por Color visión en vivo
Por: Luz Colmenares / Color visión
El sector más pujante de la economía está siendo amenazado. El sargazo, como es conocido, es un alga que en los últimos meses, ha invadido las costas del país, evitando el disfrute de playas y complejos hoteleros.
Lo que antes era una pequeña porción de algas que aparecía y desaparecía, hoy se ha convertido en una marea marrón que trae consigo inquietud y pérdidas. La multiplicación de esta alga, la cual llega de forma silente, convierte las paradisíacas zonas costeras en un fango pestilente que opaca el azul turquesa de las playas dominicanas, donde las lomas de sargazo alcanzan hasta los 5 pies de altura e impiden el disfrute de las aguas.
En palabras de Martin Meléndez, académico de ITEC y especialista en hidráulica, el sargazo se produce de manera natural y es movido por las corrientes termohalinas, teniendo lugar en las costas dominicanas desde hace aproximadamente 10 años; sin embargo, el especialista puntualiza que desde 2018, el problema ha cobrado fuerza.
También el biólogo, Enrique Pugibet, señala que la floración excesiva de estas algas está asociada con los impactos que causa el hombre en cuencas hídricas, generando un exceso de nutrientes en las aguas que sirven como caldo de cultivo para la proliferación de esta alga vegetal. La situación es preocupante, según el especialista, pues el alga está alcanzando otras zonas costeras.
José Ramón Reyes, viceministro de recursos costeros y marinos, explica que hay muchas zonas que están siendo afectadas por el sargazo, muchas de ellas inusuales.
Además, los especialistas señalan, que es posible que en los próximos años, se multiplique de manera considerable la cantidad de sargazo que alcanza a las costas dominicanas, como consecuencia del calentamiento global.
Soluciones al problema del Sargazo
Ante la magnitud del problema que representa la acumulación de sargazo en las playas de distintos puntos del país, desde 2018 el estado y el sector hotelero firmaron un acuerdo en 2019 para enfrentar la situación. Dicho acuerdo, contempla aportes económicos de ambas partes para un fondo de casi 12.000.000 millones de dólares.
Según Jaqueline Mora, viceministra técnico del ministerio de turismo, el aporte de 6.000.000 de dólares por parte del estado está listo, en aras de solucionar el problema de sargazo en las playas públicas. Le corresponde al sector hotelero contribuir con el otro 50% para la colocación de barreras que impidan el paso del alga a las costas.
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Al respecto, Andrés Marranzini, vicepresidente ejecutivo de la asociación de toletes y turismo de la República Dominicana (ASONAHORES), dice que el sector hotelero está realizando consensos para lidiar con este problema; pero, la realidad es que los complejos hoteleros, condominios, restaurantes y otros, han trabajado hasta ahora de manera individual en función del nivel de afectación que tiene cada uno.
Pese a los esfuerzos y las medidas implementadas por cada hotel, la situación se ha reflejado en el mercado turístico; pues las personas no se pueden bañar, dada a la putrefacción de las algas en descomposición, además de ello, estas algas causan afecciones en la piel y otros problemas de salud.
Por otro lado, la viceministra técnico del ministerio de turismo, explica que la solución del problema debería incluir un uso productivo para estas algas; es decir, de reutilizar el sargazo luego de recogerlo.
En aras de evitar el maltrato y erosión de las playas, por el uso de retroexcavadoras y maquinaria pesada en la remoción del sargazo de las costas, el ministerio de medio ambiente elaboró protocolos y lineamientos, hasta cierto punto paliativos, mientras se consigue una solución integral.
Especialistas en la materia aseguran que el sargazo también está afectando las tortugas que desovan en las costas dominicanas, quedando atrapadas y muriendo debajo de la marea marrón.
Entretanto, el último plazo de 6 meses que pidió ASONAHORES para los aportes económicos de los hoteleros, en busca de una solución permanente, vencerá en febrero del año entrante.
