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Más de mil personas se manifestaron este sábado en Viena, pese a que las concentraciones estén prohibidas, contra las medidas del gobierno para frenar la pandemia de coronavirus.
«¡He perdido mi trabajo, soy enfermera y ya no quería llevar más esta mascarilla de mierda!», declaró Sigrid frente a la iglesia de San Carlos, en el centro de la capital austriaca.
«No cedo ni un ápice sobre mis derechos fundamentales, tengo derecho a respirar libremente», agregó en medio del frío, frente a una multitud que enarbolaba banderas austriacas y reclamaba la dimisión del canciller, Sebastian Kurz (conservador).
Ante las autoridades, se habían registrado seis concentraciones similares pero todas fueron prohibidas, pues en las anteriores manifestaciones no se habían respetado las medidas de seguridad, como la distancia entre congregados.
El 16 de enero, 10.000 personas salieron a las calles y otras tantas lo hicieron dos semanas después, aunque las marchas estuvieran prohibidas.
Está sucediendo por toda Europa. Bélgica, Austria, Países Bajos, comienzan las protestas contra las restricciones y contra NWO. "La gente se está muriendo de hambre por no poder trabajar". Si creen q esto terminará con una vacuna, sigan soñando. pic.twitter.com/zFQxZc9ht9
— gemma ?? (@solo_gemma) February 1, 2021
«Mi padre se suicidó en noviembre porque no quería revivir lo que ya tuvo que pasar durante la guerra», declaró a la AFP Beatrix Hasner, que lucía una máscara veneciana.
«Dijo: ‘no quiero volver a la dictadura’ y se pegó un tiro, a sus 92 años», explicó, muy emocionada, junto a su esposo.
El gobierno austriaco decretó un confinamiento, el tercero, después de Navidad, lo que causó un gran descontento entre la población.
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Aún así, el virus continúa propagándose en el país, de 8,9 millones de habitantes, donde el sábado se registraron 1.400 nuevos casos. La región del Tirol, en el oeste, es un foco de la variante detectada inicialmente en Sudáfrica.
El lunes, el gobierno suavizó las restricciones al permitir la apertura de los museos y de las tiendas. Las escuelas, de momento, permanecen abiertas dos días por semana.
«El gobierno adolece de una total falta de empatía», denunció Manfred, que caminó a pie desde un pueblo de las afueras hasta el centro de Viena, pese a las bajas temperaturas, de -2 ºC.
© Agence France-Presse / Color Visión
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