El consumo de alcohol, arraigado en el entorno cultural, se ve exacerbado por grandes industrias, contribuyendo a su comercialización masiva. Aproximadamente, un millón y medio de personas en Colombia tienen un consumo abusivo de alcohol.
Por: Maholi Albuez
EE.UU.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) revelo datos alarmantes sobre el impacto del consumo nocivo de alcohol en la Región de las Américas durante el año 2016. Este comportamiento fue responsable del 6.7% de los años de vida perdidos debido a muertes prematuras y discapacidades relacionadas con el alcohol. A nivel global, el 5.1% de la población cumplía con criterios para trastornos por consumo de alcohol, y en las Américas, casi uno de cada 12 adultos se ve afectado.
Maria Catalina Sánchez Martínez, profesora de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, Magíster en Salud Pública, advierte que Colombia enfrenta una situación crítica. Según la Encuesta Nacional para el Consumo de Sustancias Psicoactivas de 2019, el 84% de la población ha consumido alcohol en algún momento, y el 30.1% lo hizo en el último mes, siendo el 50% de estos consumidores jóvenes entre 18 y 34 años.
El consumo de alcohol, arraigado en el entorno cultural, se ve exacerbado por grandes industrias, contribuyendo a su comercialización masiva. Aproximadamente, un millón y medio de personas en Colombia tienen un consumo abusivo de alcohol, evidenciando una problemática arraigada social y culturalmente, según destaca la profesora Maria Catalina.
Para evaluar si alguien enfrenta problemas con el consumo de alcohol, la experta sugiere realizar algunas preguntas cruciales: ¿Ha sentido la necesidad de reducir su consumo de alcohol? ¿Le ha molestado la crítica de otros sobre su consumo? ¿Se ha sentido mal o culpable por su consumo? ¿Ha recurrido al alcohol para aliviar resacas matutinas? Si la respuesta es afirmativa a dos o más preguntas, se recomienda revisar el consumo y buscar la orientación de un profesional de la salud.
Maria Catalina subraya las consecuencias del consumo excesivo de alcohol, que abarcan problemas digestivos, hepáticos y comportamientos arriesgados como confrontaciones violentas, conducción bajo los efectos del alcohol y relaciones sexuales sin protección. La salud pública demanda una atención urgente a esta problemática, instando a la sociedad y autoridades a abordar este desafío de manera integral.