Este incremento, que ya se proyecta como potencialmente récord, ha sido impulsado por las altas temperaturas asociadas a El Niño y al cambio climático, acortando el ciclo de desarrollo del mosquito transmisor.
Por: La redacción
Brasilia.- En medio de las lluvias y las altas temperaturas asociadas al fenómeno de El Niño y a la crisis climática, Brasil enfrenta un drástico aumento en los casos de dengue en las tres primeras semanas de enero, según datos divulgados hoy por el Ministerio de Salud. La incidencia ha casi triplicado los registros del mismo periodo del año anterior, alcanzando la preocupante cifra de 120,874 casos y una incidencia de 59.5 por 100,000 habitantes.
Este incremento, que ya se proyecta como potencialmente récord, ha sido impulsado por las altas temperaturas asociadas a El Niño y al cambio climático, acortando el ciclo de desarrollo del mosquito transmisor. Además, la expansión geográfica del mosquito se ha visto ampliada, afectando regiones antes menos propensas a la propagación del dengue.
En las primeras tres semanas de 2024, se han confirmado 12 muertes y se investigan 85 casos adicionales, elevando la gravedad de la situación. Las autoridades sanitarias proyectan entre 1.7 y 5 millones de casos para este año, marcando un récord para la enfermedad transmitida por mosquitos.
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La profesora Tamara Nunes de Lima-Camara de la Universidad de São Paulo explica que las altas temperaturas y el cambio climático han ampliado la zona de distribución del mosquito, siendo especialmente notable en regiones más frías, como el estado de Rio Grande do Sul, que ha experimentado un aumento alarmante en los casos.
Frente a esta crisis, las autoridades locales han comenzado a implementar medidas de control, incluyendo la fumigación de calles con insecticidas. Grandes ciudades como São Paulo y Brasilia han intensificado esfuerzos para inspeccionar y combatir la propagación del dengue.
Especialistas, como Julio Croda de la Fundación Oswaldo Cruz, señalan que medidas tradicionales como la fumigación no son suficientes, abogando por inversiones en ciencia e innovaciones tecnológicas. Programas que introducen mosquitos con bacterias que reducen su capacidad de transmitir la enfermedad han mostrado resultados prometedores en algunos municipios.
La respuesta más contundente, sin embargo, reside en las vacunas. A pesar de la adquisición de hasta 6.2 millones de dosis de una vacuna japonesa por parte del Gobierno brasileño en 2024, los expertos destacan la necesidad de una mayor inversión en la investigación y desarrollo de vacunas nacionales. El Instituto Butantan, ubicado en São Paulo, está trabajando en una vacuna de una sola dosis con ensayos clínicos que sugieren una eficacia del 79%.