El conflicto en Oriente Medio ha generado una serie de ventajas para Rusia, quien ha sabido aprovechar la situación en su propio interés
Por: Hermes Gudiño
A pesar de que algunos puedan considerar que Vladimir Putin tiene control total sobre los acontecimientos globales, la realidad es que la influencia del líder del Kremlin tiene limitaciones. Sin embargo, Rusia ha logrado fortalecer sus vínculos con Hamás e Irán, lo que le ha permitido posicionarse como un actor relevante en la región.
A medida que Hamás lanzaba ataques terroristas contra Israel y las Fuerzas Armadas israelíes respondían con bombardeos en la Franja de Gaza, la diplomacia rusa cambió su tradicional política de equilibrio entre israelíes y palestinos para tomar partido por estos últimos.
Esta postura ha sido respaldada por los medios rusos, quienes se han inclinado claramente hacia el apoyo a los palestinos. Aunque ha habido víctimas rusas en el conflicto, el presidente Vladimir Putin no ha utilizado el término «terrorismo» para referirse a los ataques de Hamás.
El conflicto en Oriente Medio ha generado al menos tres efectos importantes para Rusia.
En primer lugar, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, teme que la atención internacional se desvíe hacia el conflicto en Medio Oriente, lo que podría afectar el suministro de armas occidentales a Ucrania. Existe la preocupación de que Estados Unidos no pueda seguir suministrando armas a ambos países al mismo nivel. Aunque las autoridades estadounidenses han tranquilizado a Zelenski al respecto, la escasez de municiones de artillería ya era un problema antes del conflicto en Medio Oriente.
En segundo lugar, ha proporcionado una plataforma para mostrar su capacidad militar y tecnológica, ya que Rusia ha vendido armas a varios países involucrados en el conflicto.
Por último, Rusia ha aprovechado el conflicto en Medio Oriente para presentarse como un posible mediador y pacificador en la región. Aunque ha habido críticas a la postura rusa en el conflicto ucraniano, Moscú ha desempeñado un papel en la resolución de conflictos pasados en la región y ha manifestado su disposición a hacerlo nuevamente. Esto fortalece la posición de Rusia en la región y le permite presentarse como una alternativa a la influencia estadounidense.
En resumen, Rusia se ha beneficiado del conflicto en Oriente Medio al fortalecer su posición como actor relevante en la región y desviar la atención de sus propias acciones polémicas.
