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Cien vestidos que hacen historia de la moda

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Desde la sencillez del vestido de Audrey Hepburn en «Desayuno con diamantes» (Breakfast at Tiffany’s) hasta el extravagante modelo hecho con carne de Lady Gaga pasando por el elegante diseño celeste de Grace Kelly en «Atrapa a un ladrón» (To Catch a Thief) o la suntuosa pieza nupcial de Lady Di, cien creaciones han hecho historia de la moda.

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MADRID.- Desde la sencillez del vestido de Audrey Hepburn en «Desayuno con diamantes» (Breakfast at Tiffany’s) hasta el extravagante modelo hecho con carne de Lady Gaga pasando por el elegante diseño celeste de Grace Kelly en «Atrapa a un ladrón» (To Catch a Thief) o la suntuosa pieza nupcial de Lady Di, cien creaciones han hecho historia de la moda.

«Con los años he aprendido que lo más importante de un vestido es la mujer que lo lleva puesto», decía Yves Saint Laurent, quien aseguraba que «es físicamente doloroso ver a una mujer esclavizada y rendida patéticamente a la moda».

Quizá por eso, la ilustradora estadounidenseMegan Hees hace un recorrido por algunos de los diseños más destacados en el libro «Historia de la moda en 100 vestidos» (Lunwerg), «un homenaje a todos esos diseños que han hecho vibrar, bien por su extravagancia o por su belleza», dice la autora.

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En la memoria colectiva está grabada el vestido color marfil con falda evasé plisada que Marilyn Monroe lució en «La tentación vive arriba» (The Seven Year Itch) (1955) y el modelo rojo con hombros descubiertos que Julia Roberts portó en «Pretty Woman» (1990).

Inolvidables resulta los ingenuos modelos de Audrey Hepburn en «Sabrina» (1954) o el sencillo vestido de Sharon Stone en «Instinto Básico» (Basic Instinct) (1987), un modelo de crep de lana, cuello alto, sin mangas y ceñido al cuerpo, así como el vestuario que luce Mia Farrow en «El gran Gatsby» (The Great Gatsby)(1974).

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Tampoco pasan inadvertidos el vestido brillante conjuntado con un tocado dorado y una estola de oro de 24 quilates que lució Elizabeth Taylor en «Cleopatra» (1963), el modelo de Sofía Loren en «Arabesco» (Arabesque) (1966) o el diseño con polisón azabache con el que Keira Knightley dio vida a «Ana Karenina» (2012).

En la alfombra roja de los Óscar, la pasarela más prestigiosa del mundo, se han visto creaciones de ensueño como el vestido de tafetán de seda de Ralph Lauren que llevó Gwyneth Paltrow cuando recogió la estatuilla dorada a la mejor actriz por su papel en «Shakespeare in love» (1998).

En ese mismo escaparate, en 2005 una espectacular Hilary Swank posó con un Guy Laroche azul marino que dejaba al descubierto su espalda, un modelazo que compitió con el de la top Gisele Bündchen, un voluminosos vestido blanco con bordados de lentejuela, de estilo imperio, firmado por Galliano para Dior.

Uno de los modelos más atrevidos que se han visto en la alfombra roja ha sido el vestido negro trasparente del diseñador Bob Mackie que lució Cher en 1988 cuando competía con Meryl Streep por el Óscar a la mejor actriz por su papel «Hechizo de luna» (Moonstruck) (1987), que finalmente se llevó.

Sobre los escenarios, Tina Turner ha sido única, como único fue el modelo con el que en 2008 volvió a los directos: un minivestido brillante de cuentas que realzaba su figura, un diseño también de Bob Mackie con el que dejó al público boquiabierto.

Madonna, la diva del pop, ha sido capaz de reinventarse una y otra vez y sorprender con su vestuario en multitud de ocasiones, aunque fue mítico el vestido blanco con falda de tul que aderezó con velo, guantes y cinturón con las palabras «boy toy» con el que cautivó al público en los premios MTV de 1984.

Todavía se habla del vestido verde de Versace con el que Jennifer Lopez apareció en los Grammy del año 2000, una creación con un pronunciado escote que llegaba hasta varios centímetros por debajo de ombligo y también de los diseños escultóricos de Azzedine Alaïa para Grace Jones.

O del icónico vestido de imperdibles de Gianni Versace que hizo que Elizabeth Hurley brillara en el estreno de la película «Cuatro bodas y un funeral» (Four Weddings and a Funeral) en 1994, del mismo modo que Michelle Obama brilló en su primer baile inaugural de la presidencia con un vestido blanco con plumas y pedrería y miles de cristales de Swarovski, creado por Jason Wu.

En cuanto a los vestidos nupciales, han destacado el de Grace Kelly, confeccionado con veinticinco metros de tafetán de seda, noventa metros de tul y encaje antiguo de Bruselas, una de las creaciones mas famosas para dar el «sí quiero» junto con el modelo romántico de Jacqueline Kenney, imitados miles de veces.

También muy copiado ha sido el de la Princesa Diana, un diseño voluminoso con siete metros de cola en la que se emplearon treinta y siete metros de tafetán de seda y que pronto se volverá a poner de moda pues aparecerá en la nueva temporada de la serie «The Crown». O el de duquesa de Cambridge, de corte tradicional y creado por Sarah Burton.

Aunque si hay que hablar de vestidos de novia, ¿Quién ha olvidado el minimalista diseño de Narciso Rodríguez para Carolyn Bessette en su boda con John John Kennedy? O el esmoquin blanco de Bianca Jagger, de Yves Saint Laurent, con el que se casó con Mick Jagger. O el estilo vintage de Kate Moss, con un John Galliano. Versos libres de la moda nupcial. Y como decía Coco Chanel, «la libertad siempre es elegante». 

Por: Agencia EFE| Noticias SIN


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