BOSTON.- La ciudad de Boston volvió a vestirse de gala para celebrar un nuevo desfile triunfal de un equipo profesional, esta vez, le tocó a los Patriots de Nueva Inglaterra, que el domingo consiguieron el sexto título del Super Bowl de la NFL al ganar la 53 edición.
Sin que apenas hubieran pasado tres meses desde que celebraron el desfile de los Medias Rojas de Boston como campeones de la Serie Mundial en el béisbol de las Grandes Ligas, de nuevo más de un millón de aficionados salieron a las calles del centro de la ciudad para vitorear a los Patriots que vencieron por 13-3 a los Rams de Los Ángeles en el evento deportivo más importante del año.
El triunfo de los Patriots, el sexto que consiguen en el Super Bowl, los dejó como el mejor en la historia de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) y miles de aficionados no quisieron perderse el momento de ver a sus héroes deportivos con el trofeo Vince Lombardi.
El alcalde de la ciudad, Marty Walsh, dio inicio al desfile que comenzó en el Hynes Convention Center y siguió por Boylston Street, Tremont Street y finalmente a Cambridge Street.
También se cumplió con la tradición de la ciudad de ver a los directivos, jugadores y personal de los Patriots en los típicos botes anfibios (duckboats).
Todos ellos protagonizaron junto a los miles de aficionados que abarrotaban las calles un recorrido lleno de colorido, canciones que entonan cuando el equipo juega en su campo del Gillette Stadium incluidas algunas de Ozzy Osbourne, como “All we do is win”, “This is how we do it”, entre otras.
De nuevo, el dueño de los Patriots, Robert Kraft, encabezó el desfile con uno de los trofeos Vince Lombardi y un collar que decía “Championships”.
Kraft se dirigió en todo momento a los aficionados con palabras de agradecimiento y el entrenador en jefe Bill Belichick, quien ganó el sexto anillo de campeón, en un tono más discreto y con su típica sudadera con las mangas recortadas, se limitaba a saludar.
El mariscal de campo Tom Brady, quien lucía una playera negra de su marca personal con el N°6 en rojo, haciendo alusión a la cantidad de anillos que ya posee, cifra que lo convierte en el jugador con más campeonatos de Super Bowl superando a Charles Haley, también fue el centro de atención del desfile y de los aficionados.
Ambos a pesar de tener 66 y 41 años, respectivamente, confirmaron a los aficionados que seguirán una temporada más con los Patriots y tratarán de hacer aun más historia en la búsqueda del séptimo título.
Otro jugador que destacó en el desfile fue el ala cerrada Rob Gronkowski, quien en mayo cumplirá 30 años.
Gronkowski hizo de todo durante el trayecto: desde abrir latas de cerveza, llevar en la mano una botella de vino californiano de un coste de entre 500 a 1.800 dólares, bailar, lanzar y recibir balones a los aficionados hasta romper numerosas camisetas para quedarse con el torso al descubierto.
Todo lo hizo Gronkowski, teniendo de compañera a su novia Camille Kostek, para convertirse en el verdadero espectáculo de un desfile que ya es una tradición en las calles de Boston.
Gronkowski, en su máxima expresión de “Yo soy la fiesta”, lo volvió a demostrar siendo el símbolo de la celebración de los Patriots.