Londres.- La actriz coprotagonista de la película “Mary, Queen of Scots”, Margot Robbie, confiesa a Efe que el hecho de no tener “nada en común” con una reina en su vida real le llevó a rechazar el papel de Isabel I de Inglaterra cuando se lo ofrecieron.
“Dudé mucho al principio. Tenía miedo de no ser digna de representar a una reina, no me veía a mí misma como tal, y no sabía ni siquiera por dónde empezar a construir el personaje”, cuenta la estrella en Londres.
Fue la frase “no quiero que interpretes a una reina, sino a una mujer” que le dijo su directora, Josie Rourke, la que convenció a Robbie para aceptar una representación que le ha permitido conocer el lado más humano de la mujer bajo la corona.
La película, basada en la biografía “Reina de Escocia” de John Guy, se desarrolla en el siglo XVI y narra la historia de María Estuardo (Saoirse Ronan) -reina de Francia con 16 años, enviudada a los 18 y católica- en su regreso a su tierra natal, Escocia, para reclamar el trono que le pertenece frente a su prima protestante, la monarca Isabel I.
Más allá del poder y la ambición, “Mary, Queen of Scots” retrata la parte psicológica del conflicto entre dos reinas en una misma isla y “muestra a dos mujeres que, aunque están enfrentadas por la política y la religión, se admiran la una a la otra”, explica Rourke.
En el transcurso de los acontecimientos, ambas soberanas deberán hacer frente a las críticas de sus consejeros varones, quienes consideran que “mostrar el lado más emocional cuando se está en el poder es un símbolo de debilidad”, apunta Robbie.
Para ella, esta presión existente en la ficción se puede extrapolar a la actualidad ya que, según lamenta, “sigue habiendo muchas mujeres con altos cargos de responsabilidad que sienten que deben endurecer su personalidad y mostrar fortaleza al exterior para que no se las acuse de ser emocionales”.
Lo mismo piensa su compañera de reparto Saoirse Ronan, quien afirma que “una de las cosas que persiste hoy en día es que, desafortunadamente, las decisiones que toman las mujeres se tienen que justificar y, en ocasiones, parece que tienen que reprimir sus sentimientos para no ser consideradas débiles”.
Esta actitud es precisamente la que antepone el personaje de Robbie, Isabel I, quien cita en el filme que es “más como un hombre” en el poder y acaba cortando cualquier lazo con su humanidad “pensando que eso es lo que la convierte en una monarca digna”, señala su intérprete conocida por otros filmes como “The Wolf of Wall Street” (2013) o “I, Tonya” (2017).
Frente a una reina de Inglaterra que elige el trabajo antes que la descendencia, se encuentra su rival, María Estuardo, un personaje “mucho más emocional que, a pesar de dirigir asuntos importantes, no tiene por qué seguir unos códigos y es más abierta, clemente y perdona fácilmente”, señala Ronan.
El debut de Rourke en la gran pantalla pone en valor la actuación de ambas mujeres como las dos caras de una misma moneda, “un planteamiento que, normalmente, estamos acostumbrados a ver entre hombres, como Batman y el Jóker o Sherlock Holmes y Moriarty”, opina la directora.
“María, reina de Escocia” se presenta así como una reflexión sobre el cuerpo de las mujeres y las expectativas que tiene la sociedad en torno al matrimonio y la procreación, dos temas que aparecen en la película, no como decisiones personales, sino políticas.
Con ello, Rourke quería enfatizar “el derecho que tienen las mujeres sobre sus cuerpos y mostrar aspectos de su vida que son completamente naturales y que para muchas personas son temas tabú, como la menstruación”.
No obstante, según considera, que el protagonismo de este drama histórico se lo lleven los roles femeninos no es una prueba suficiente para que se relacione con los tiempos actuales, ni para que se englobe como parte de una tendencia.
“Es emocionante y a la vez triste que las personas vean una pieza moderna por el hecho de que aparezcan mujeres en el reparto principal, porque lo que realmente nos está revelando esto es que sigue sin haber personajes femeninos que tengan la oportunidad de contar historias”, reivindica.