Una relación puede atravesar por dificultades. Pero, si hay problemas de comunicación o inconvenientes para expresar el afecto, es hora de buscar ayuda.
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Convivir en pareja no es sencillo. La personalidad, las vivencias y creencias de los integrantes de una relación pueden hacer que los problemas que haya en ella sean percibidos desde diferentes puntos de vista.
Por ejemplo, en ocasiones la relación va muy mal, pero se producen momentos agradables que hacen que nos replanteemos si lo que creíamos que era un problema serio lo era realmente. Otras veces uno de los miembros de la relación piensa en la ruptura conyugal, mientras que el otro ni sospecha que la otra persona no está satisfecha. También puede ocurrir que los problemas graves dentro de la pareja sean normalizados.
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Ante estas incongruencias, cómo saber en qué momento necesitas acudir a terapia de pareja para salvar tu relación. A continuación, te damos pistas sobre cuándo acudir.
1. Fallos de comunicación.
Los problemas de comunicación suelen fracturar cualquier relación. Más si los involucrados deben enfrentar juntos las dificultades de la convivencia y la crianza. Cuando la comunicación entre los miembros de una pareja es un problema, las sesiones de terapia sirven para propiciar el intercambio de impresiones sobre temas importantes.
2. Cuando hay problemas provocados por un hecho puntual.
Algunos acontecimientos desafortunados de la vida pueden ocasionar crisis en una relación. Por ejemplo, si la familia experimenta carencias debido a la pérdida del empleo de uno de los miembros de la pareja. Otra causa podría ser el fallecimiento de familiar cercano a uno de los integrantes de la unión.
3. Si no se comparten planes a futuro.
Ser pareja implica proyectarse juntos en el futuro. Por eso, si no logran ponerse de acuerdo sobre el modo en que proyectan su porvenir, podría haber conflictos. La terapia será un contexto adecuado en el que puedan manifestar con honestidad lo que desean para su vida.
4. Si hay problemas para demostrar afecto.
Si la pareja tiene dificultades para expresar su afectividad, podría ser el momento oportuno para asistir a terapia de pareja. Expresar la afectividad implica la sexualidad, pero también la capacidad de decirse que se aman con una mirada, una caricia o un abrazo.
5. Cuando la pareja no encuentra momentos para compartir.
El nacimiento de un hijo puede ser un acontecimiento feliz. Sin embargo, muchas parejas no logran adaptarse de inmediato a su nueva dinámica. Los conflictos pueden surgir por no disponer de tiempo para la intimidad. En la terapia se plantean y discuten estrategias para que la relación se adapte a esta nueva etapa.
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