REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El mes de septiembre es uno de los meses del año en los que más demanda de trabajo hay. Según un estudio realizado por Randstad, el 28% de los españoles se plantea cambiar de empleo a la vuelta de las vacaciones.
A la hora de buscar trabajo, la entrevista personal es el factor determinante para la mayoía de las compañías. Sin embargo, una encuesta de esta misma empresa revela que 4 de cada 5 candidatos no consigue superarla.
No más de dos páginas de currículum, foto en blanco y negro, información de contacto actualizada… Existen multitud de consejos para pasar el proceso de preselección, pero cuando estamos frente al entrevistador cada palabra cuenta.
Para afrontar la entrevista con más calma y seguridad, la colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y socia directora de la consultora de recursos humanos Grupo Humannova, Gina Aran, propone diez claves:
Decálogo para una entrevista
¿Por qué debo contratarte a ti? ¿Cómo te defines? ¿Qué conflictos has tenido en trabajos anteriores? ¿Cómo los has resuelto? Las preguntas para hablar de ti son típicas, y llevar una respuesta preparada de al menos un minuto puede ser tu salvavidas.
1. Preparar la entrevista
Lo primero es tener autoconocimiento sobre uno mismo, conocer la empresa, saber lo que podemos aportar y marcarse unos objetivos de lo que queremos comunicar. En esta fase, es necesario hacer una revisión de cuál es tu experiencia, los hitos que has conseguido y el tipo de empresa en el que encajas.
Es recomendable que los ítems estén en la línea de la empresa y que los transmitas a lo largo de la entrevista. “Si el atributo que quieres transmitir es el entusiasmo, a cualquier pregunta que te hagan responderás enlazándola con esa cualidad”.
2. Al salir de casa.
Comienza la entrevista. “Cuando uno sale de casa todos los ojos miran y todas las orejas oyen”, advierte Aran. Cualquier persona, desde la recepcionista, alguien que encuentres en el traslado de tu casa o incluso en el bar de al lado cuando sales de hacer la entrevista puede trabajar en la empresa y hacer un comentario.
“Lo importante es estar mentalizado y mantener una actitud profesional cuando sales de casa”, apunta la directora del Máster de Dirección y Gestión de Recursos Humanos.
3. Adecuación
La primera impresión es importante. “La clave está en vestir de una forma alineada con la compañía”. Según la experta en recursos humanos, a nadie se le ocurriría ir a una oficina bancaria en chanclas y camiseta, ni a una start up tecnológica o publicitaria en traje y corbata.
4. Cuidar la comunicación verbal
El tono de voz, la vocalización, hacer frases no muy largas, la gesticulación… “La comunicación no verbal tiene que servirnos para reforzar y enfatizar lo que estamos explicando”, apunta la profesora de la UOC. Por ejemplo, cómo se utilicen las manos sirve para enfatizar lo que interesa.
5. Coherencia
El tono de voz debe ser acorde a los rasgos que se quiere transmitir. Por ejemplo, si el atributo es el entusiasmo, “el tono de voz no puede ser un tono cansino ni parsimonioso”, apunta Gina Aran.
6. Sinceridad
Las respuestas deben ser siempre sinceras, ya que de lo contrario pueden hacernos sentir nerviosos. “Hay que ser sincero pero en el sentido de auténtico, es decir, las cosas se pueden decir de muchas maneras”, aclara la experta.
En este sentido, Aran diferencia entre decir “no tengo el título” y decir “he hecho otras formaciones relacionadas con ello que me han interesado mucho”. Pero ojo, “mentir en el currículum puede ser una razón procedente de despido”, puntualiza.
7. Respeto
La falta de respeto o todo lo que se pueda interpretar como tal va en contra de nuestros intereses y nos invalida para el puesto. Saluda con educación, sonríe y agradece el tiempo que te han dedicado. El lenguaje debe ser correcto y medido.
8. Transmitir seguridad
“Una persona segura de lo que está diciendo vende”, asegura Aran. Para ganar seguridad y responder en el acto, la experta insiste en llevar las preguntas preparadas y dar sólo información útil.
“Cuando recurres a tu memoria en el momento de la pregunta hablas más lento y utilizas mucho “eeh…”. En cambio, si te lo has preparado, saldrá solo”. Ensaya, verbaliza, gesticula, incluso delante del espejo o de otra persona.
9. Sintonía con el entrevistador
Nos debemos adaptar al estilo comunicativo de la persona que tenemos delante. “Si es muy pausada al hablar, chocaremos en caso de ser estridentes; por el contrario, si es muy activo y habla rápido, lo haremos si hablamos muy calmados”.
Gina Aran destaca que aunque es deseable que la conversación sea fluida, que un entrevistador sea distante no significa que la entrevista vaya mal. En cualquier caso, si comienzas a estar nervioso, ten presente por qué te has presentado a la entrevista y el motivo por el que te ajustas al puesto.
También es posible que veas durante la entrevista que no encajas. En ese caso, es mejor reconocer abiertamente que no se es el más adecuado para el desempeño de algunas tareas. “Al final se trata de dejar de buen sabor de boca para que no tiren tu currículum para una selección posterior”, apunta la directora de recursos humanos.
10. La triple A
- La aptitud son todos los conocimientos, las destrezas, habilidades aprendidas a lo largo de los años.
- La actitud forma parte de la personalidad (si eres proactivo, entusiasta, comprometido, creativo, servicial, colaborador).
- La afinidad es la unión con los valores de la empresa, con el puesto y con el entrevistador.
Según Aran, se podría añadir una cuarta: la autenticidad.
Preguntas difíciles
Tras las preguntas típicas sobre la experiencia anterior, comienzan las preguntas difíciles. Una de las más comunes y que la mayoría de los candidatos contestan de forma errónea es “¿qué defectos tuyos destacarías?”. No existe respuesta correcta, pero no se debe recurrir a los tópicos (“soy demasiado perfeccionista”, “trabajo demasiado”, “no tengo puntos débiles”).
Desde IMF Business School proponen siete maneras de desvelar nuestras debilidades de manera original, explicando cómo las hemos superado y convirtiendo nuestro defecto en una fortaleza a base de esfuerzo.
- “Solía ser un poco desorganizado, pero ahora mi capacidad de planificación realmente ha mejorado”
- “Estaba acostumbrado a trabajar en un único proyecto, pero he aprendido a atender múltiples tareas a la vez”
- “Antes invertía demasiado tiempo en la toma de decisiones, ahora he ganado confianza y no dudo de mis capacidades”
- “Los nuevos proyectos siempre me han entusiasmado y sin darme cuenta me sobrecargaba. Ahora he aprendido a reconocer mis límites”
- “Aunque siempre entregaba mis informes en la fecha límite, he comenzado a adelantar mi trabajo para evitar prisas de última hora”
- “Me costaba hablar en público. Pero me he apuntado a un curso que me prepara específicamente para este tipo de situaciones”
- “Antes me costaba delegar en otros algunas tareas. Sin embargo, la experiencia me ha demostrado que trabajar en equipo enriquece el resultado”
Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, declara que a la hora de seleccionar personal, lo importante no es encontrar candidatos sin defectos, sino “ver su capacidad de ser honestos y saber comunicar también lo negativo”.